La fola de lòv es un cuento popular italiano recopilado por Paolo Toschi, que Italo Calvino incluyo en la colección Cuentos populares italianos bajo el título Zio Lupo (Trad: Tío Lobo).
Sinopsis[]
Un día de Carnaval una maestra les promete a sus alumnas buñuelos si terminan antes su tarea, pero una de ellas, la más golosa de todas, como no sabe tejer, le pide a su profesora permiso para ir al baño y se queda dormida allí. Para cuando se despierta y vuelve a la clase, las otras niñas ya han terminado y se han comido todos los buñuelos, sin dejarla a ella ninguno. La niña vuelve a casa llorando y se lo cuenta a su madre, que decide prepararla buñuelos, pero como son tan pobres que no tienen ni sartén para freírlos, la madre tiene que mandar a su hija a casa del Tío Lobo, para pedirle prestada la suya. La niña va a casa de Tío Lobo y llama a la puerta para que la abra, pero Tío Lobo la responde que espere, que se tiene que poner primero la camisa. Al ver que no abre, la niña vuelve a llamar, y Tío Lobo la responde que espere, que antes de abrir tiene que ponerse los calzones. La niña ve que Tío Lobo no viene y llama una tercera vez, y Tío Lobo vuelve a mandarla que se espere, que antes de abrir tiene que ponerse los pantalones. Tío Lobo sigue sin venir a abrir, y la niña llama una cuarta vez. Tío Lobo vuelve a decirla que espere, que se esta poniendo la chaqueta, y por fin va a abrirla. Tío Lobo accede a prestarle a la niña la sartén, pero con la condición de que, cuando se la devuelva, lo haga acompañada de buñuelos de los que prepara su madre, una hogaza de pan y una botella de vino. La niña le lleva la sartén a su madre, que prepara los buñuelos, apartando algunos en un hueco para llevárselos más tarde a Tío Lobo. Al anochecer la madre manda a su hija a casa de Tío Lobo a devolverle la sartén, junto con los buñuelos que aparto, una hogaza de pan y una botella de vino, pero por el camino la niña huele los buñuelos y, al no poder aguantarse, va cogiendo de uno en uno y comiéndoselos por el camino hasta que no queda ninguno. Por el camino también se come la hogaza y se bebe el vino, pero para no presentarse en casa de Tío Lobo con las manos vacías, la niña hace unos buñuelos con bosta de burro, una hogaza con argamasa con la que estaba trabajando un albañil, y la botella la llena de agua sucia.
Cuando por fin llega a casa de Tío Lobo y le entrega la sartén, Tío Lobo coge un buñuelo para probarlo, pero al instante lo escupe al reconocer el sabor de la bosta de burro. Para quitarse el mal sabor de boca bebe de la botella, creyendo que su contenido es vino, pero al comprobar que es agua sucia también la escupe. Para limpiarse el paladar decide morder el pan, pero descubre que en realidad es argamasa. Furioso, Tío Lobo anuncia a la niña que, como castigo, esa misma noche irá a su casa y se la comerá. Aterrorizada, la niña corre a casa de su madre y la avisa de la amenaza de Tío Lobo, y la madre tapa todas las puertas y ventanas de la casa, para que Tío Lobo no pueda entrar, pero se olvida de la chimenea. Por la noche, cuando la niña esta acostada, la pequeña escucha a Tío Lobo entrar en la casa por la chimenea y acercarse. La niña pide ayuda a su madre, que la manda esconderse debajo de la colcha, La niña se acurruca temblando como una hija en su cama, y cuando Tío Lobo llega a su habitación, se la come.
Ver también[]
- Cattarinetta, cuento popular tirolés recopilado por Christian Schneller.
- Papá Ogro, cuento popular sardo recopilado por Francesco Enna.