.¿Cuánto estarías dispuesto a pagar por un safari en la selva argentina, donde la presa es un ser humano y tienes la habilitación correspondiente para que nadie te acuse de asesinato?
¿Recuerdas la regla de oro? “El que tiene el oro hace las reglas”.
Por esa sencilla razón, el puto gobierno habilitó esa licencia, poniendo a disposición a un condenado a cadena perpetua para acallar la conciencia de los participantes, de la justicia y de los paparazis si es que los hubiera.
“Oh, perdón”, quizás fui demasiado directo y te provoqué repulsión. Pero ¿Qué esperabas? Ni siquiera es mi relato. Estoy intentando suavizar esta trama para que suene menos sanguinaria, ¡y vaya que me estoy esforzando! Normalmente no utilizo filtros; suelo vomitar lo que trago antes de que el trasero lo defeque. No busco excusas, escupo lo que pienso y no espero que les guste a los ratones de biblioteca, a los nerds o a los otakus. ¿Pero esta vez sé que no vas a disfrutar del terror, porque no te gusta la apología a la muerte verdad…O sí?
Bueno, entonces tengo dos cosas que decirte antes de que tomes este libro y continúes leyendo. La primera es que me importa un carajo cuántos libros de terror hayas leído en tu vida. Exceptuando al señor Edgar Allan Poe, todos los demás son producto del sistema. La segunda es que, por ese comportamiento retrógrado que mantienes como fortaleza en tu personalidad, no puedes conectar con las personas. ¡Y hablo de personas de carne y hueso! No de personajes dentro de una plataforma virtual jugando a ser intelectuales. ¡No! Cara a cara, tu mirada penetrando los ojos de otra persona, recibiendo moléculas de saliva de otro ser humano, sintiendo el olor que desprende su boca y su nariz al hablar. Todas esas cosas que las personas analizan y callan cuando dialogan con alguien más, por el simple hecho de estar comprometidos con el respeto y vivir un romance con el sentido común. Vaya estupidez. ¿Serás la perra del cuento de hadas de los hermanos Grimm, o tomarás coraje y atravesarás los límites de la realidad humana para encontrar tu verdadera esencia? Ese fenómeno de circo que el sistema no quiere que se desprenda de ti es el que te atormenta, porque saben muy bien que el día que tus ojos se abran, corre peligro la industria literaria. Pero para mí está bien, lo supe desde un principio: ¡eres un cobarde! Y por esa razón voy a relatar este libro de terror con mucho entusiasmo y algarabía, describiendo sarcásticamente cada detalle, para que los lectores piensen que soy un muchacho malo y tengan miedo, mucho miedo, tanto como para evitarlo. Siempre lo dije: cuando adquieres un libro, obtienes y llevas a tu casa también un pequeño vestigio del autor. Y créeme si te digo que de mis páginas obtendrás lo que tanto andas buscando.
Pequeño fragmento
Relato numero 10 La escopeta de papá
pag285La noche caía sobre la selva, envolviendo todo en una oscuridad casi palpable. Los sonidos de la naturaleza se intensificaban, creando una sinfonía inquietante. En medio de este escenario, un grupo de cazadores se preparaba para su macabra expedición. Equipados con armas y tecnología avanzada, se adentraban en la espesura con un objetivo claro: encontrar y cazar a su presa humana.
pag286Entre ellos, un hombre destacaba por su mirada fría y calculadora. Era el líder del grupo, conocido solo como “Charly”. Su reputación lo precedía; había participado en innumerables safaris ilegales, siempre saliendo victorioso. Para él, esto no era solo una cacería, sino una prueba de su superioridad y destreza. Nadie sabía demasiado de él, pero se especulaba que era un monigote de escritorio en el negocio de la inmobiliaria, con una sed de violencia que necesitaba exteriorizar al menos tres veces al año. “No lo sé”, decían las malas lenguas. Y cuando me refiero a las malas lenguas, hablo de los jueces de este imperdonable safari de la muerte. ¡Seguramente alguien dentro de ese selecto grupo de Administradores era un borracho compulsivo! Jejeje, “claro que sí”, se me ocurre esto: el tipo luego de discutir con su mujer y de evitar que ella le gritara a la cara “¡Eres un perdedor, impotente y alcohólico!”, huyó de la casa, tomó el vehículo y se metió en la primera taberna que encontró abierta. Se sentó en la barra, encendió un cigarrillo y, con las manos temblorosas, pidió un whisky con hielo. Entonces, entre copa y copa, olvidó rápidamente la discusión matrimonial y el juramento que realizó el día que aceptó el empleo de administrador del safari, cuando frente a todos juró por la vida de su familia que su boca sería una tumba. ¿Y qué carajos hacía ahí sentado a las dos de la madrugada hablando como un estúpido? Entonces lo contó todo, escupió todo sin omitir detalles…y entre esos detalles laborales aparecía la figura del viejo Charly, obviamente este sujeto conocía a detalle quien era este participante, tenía acceso inmediato a la vida personal de todos los invitados al convite de la muerte.
Bueno, no es que haya sido así como lo acabo de relatar, pero al no tener fuentes verdaderas, vamos a utilizar este pequeño fragmento imaginario para cubrir esa parte que nos falta. Y, a decir verdad, es importante, pero a medida que se desarrolle la historia verás en estas páginas mucha sangre y dolor, entonces creo que eso bastará para que olvides esta aclaración.
“Menuda reputación”, murmuraban entre los participantes.
“No permitamos que este viejo sea quien acabe con la presa nuevamente”, dijo en voz baja, casi susurrando, una dama de la alta sociedad conocida por su frialdad en los negocios de la bolsa y sus prolíferas relaciones con jóvenes sementales del sur del Bronx. Era una mujer difícil, soltera, de casi cuarenta años, y diez de ellos empoderada hasta la médula. Ella sacrificó su maternidad, sus relaciones familiares y hasta sus amistades verdaderas para hacerse de una imagen positiva, fuerte y solvente. No era necesariamente la chica de barrio que acepta las condiciones de cualquier vago solo para congeniar… ¡claro que no! A ella le gustaba poner las reglas y el dinero también, pero en este caso, se veía atrapada en una versión vieja y menos sofisticada de la mujer que era. Digamos que esta situación le recordaba a su madre, y eso sí que lograba enfurecerla.
¡Como sea! De los presentes, Amanda era la única dama y también la más joven. Los otros eran simplemente adictos a la adrenalina y la locura. No nos ocuparemos de ellos, solo diremos sus nombres. ¡Sus vidas no son relevantes para esta ocasión! Todos eran empresarios, todos consumían drogas de buena calidad, viagra y a todos les gustaban las prostitutas menores, excepto uno que era gay de closet. Probablemente, él sobresalía, no por ser gay, ni siquiera por ser un ciudadano inglés, sino porque tenía algo en su mirada que despertaba curiosidad. Tenía esa mirada conectada a todos, como una cámara domo, cavilante, expectante, desconfiada.
pag287Me pareció uno de esos personajes que no se daría por vencido tan rápido. Nunca fallo en la lectura de un rostro, y algo me decía que Gary era ese personaje falso que dejará que des el paso equivocado, para clavar violentamente y sin remordimiento, lo que tuviera en sus manos “directo a tu espalda y no dejar de hacerlo hasta que dejes de respirar.”
Pero como dije antes, Amanda era la chica mala del grupo, y el viejo Charly el más experimentado de todos, ganador de los últimos safaris de naturaleza humana en diferentes paraísos del mundo. ¡Oye! Creo que esta vez no será tan fácil para el viejo, o, mejor dicho, no será fácil para nadie.
Mientras avanzaban, los cazadores se esparcían entre los árboles y la frondosidad de la selva, atentos a cualquier movimiento. La tensión era palpable, y cada crujido de las hojas bajo sus pies resonaba como un trueno en la quietud de la noche. De repente, un grito desgarrador rompió el silencio, seguido de un disparo. Charly sonrió, sabiendo que la presa estaba cerca.
El grupo se detuvo, sus linternas iluminando el área de donde provenía el sonido. Entre los arbustos, yacía la presa herida, su respiración entrecortada y su mirada llena de terror. La escena paralizó al resto de los participantes, pero no al viejo Charly, quien se acercó lentamente, disfrutando de los sollozos y las súplicas de clemencia del hombre, que a decir verdad, se veía patético.
Lo habían arrojado a la selva vestido con harapos, descalzo, y su apariencia era más la de un indigente que la de un presidiario. Cuando Charly levantó su escopeta para golpearlo en el rostro con la culata, Gary gritó: “¡Detente, alto! No le quitarás la vida sin antes preguntar su nombre, su procedencia o por qué demonios aceptó esta incursión a la muerte, ¿verdad? No serías tan miserable como para prohibirle decir una maldita oración, ¡si fuera creyente!”
El viejo Charly escupió en el rostro de la presa con desprecio y contestó a Gary: “Escucha bien lo que voy a decirte, maldito niño inglés. He participado en este evento más de 30 veces y en ninguna de ellas a nadie se le ocurrió que estas basuras dialogaran con sus cazadores. ¿Por qué deberían hacerlo ahora?”
“Porque serías un criminal y no un cazador”, respondió Gary. Uno de esos citadinos asquerosos que visitan las zonas rurales intentando despojarse de sus miedos y su deseo de violencia inusitada y aprovechando la ausencia total de la ley, carga su escopeta y mata a cualquier campesino que se encuentre en la ruta, dejando una huella de terror en la zona y en la sociedad, pero eso no es todo, porque ese mal nacido lo volverá a hacer la temporada siguiente.
Amanda, temiendo que la discusión se transformara en una balacera, intervino rápidamente: “Dejemos que la presa vuelva a introducirse en la selva. Démosle otra oportunidad. Quizá todo fue demasiado rápido como para que esta aventura termine así. En mi caso, he viajado desde Manhattan para caer en este miserable pais donde la humedad es asquerosa y los mosquitos están arruinando mi piel, caballeros. No sé ustedes, pero creo que deberíamos dejar que vuelva a escapar y agregar a este juego un poco más de adrenalina.”
“¿Pensaste que podrías escapar?” murmuró Charly, mirando a la presa con una sonrisa cruel. “Esto es solo el comienzo.”
“Dime cómo demonios te llamas y quién carajos eres. ¿Qué locura cometiste para llegar hasta aquí? ¿A quién carajos violaste o asesinaste, maldita escoria? Dilo antes de que ponga mi dedo en este gatillo y te vuele la tapa de los sesos.”
pag288El tipo se quedó observando los rostros de sus cazadores, sin entender nada. Al notar que le habían preguntado algo, levantó rápidamente los brazos y, con las manos, hizo una serie de ademanes rebuscados, intentando demostrar que no sabía el idioma de sus atacantes. Esto enfureció a Charly, quien con una patada en el rostro lo puso de cabeza al suelo.
“¡Maldita escoria latina!” gritó. “Ni siquiera puede expresarse. Mandril hijo de puta, voy a terminar con tu miseria…”
Cuando levantó nuevamente la escopeta para liquidarlo, todos los presentes, excepto Amanda, se arrojaron hacia él, forcejeando para que no llevara a cabo el acto. La presa intentó arrastrarse, pero sus fuerzas lo abandonaban rápidamente y comenzó a llorar como un niño, pidiendo por favor que no lo mataran.
Gary, quien en una época pasada había sido agregado cultural para la embajada inglesa en España y comprendía el idioma español, rápidamente dijo: “¿Hey, puedes comprender lo que está sucediendo aquí?”
La presa contestó sollozando: “Sí, señor, lo comprendo, pero no sé por qué me quieren matar.”
“Maldita sea,” dijo Gary. “¿Entonces por qué demonios estás aquí?”
El viejo trago saliva, temiendo que su repuesta fuera equivocada y con eso sentenciará su destino, pero rápidamente, tomó coraje respiro entrecortado y dijo; “Ellos me prometieron una pequeña casa en medio de la naturaleza, prometieron sacarme de las calles, y luego de descender de ese helicóptero comenzaron a golpearme duramente, me desvistieron y abandonaron en este lugar, entonces luego de estar algunos días a la deriva subsistiendo gracias a los pocos arboles de frutas silvestres y raíces, llegaron ustedes y cuando escuché el sonido humano que rompió el silencio de la naturaleza quise acercarme pero lo que recibí fue un balazo en el pie" ¡mire, justo aquí!.
Gary: “¿Qué crímenes cometiste para llegar hasta aquí? ¡Dilo!”
Presa: “El único crimen que cometí es el de vivir en las calles, ¡señor! No tengo familia.”
“Maldita sea, viejo,” respondió Gary. “¿Estás intentando decirme que no eres un presidiario?”
Presa: “Solo sé que ellos me prometieron una vida diferente en medio de la naturaleza.”
Entonces Gary llevó sus manos al rostro y respiró profundo. Mirando a sus compañeros de cacería, les dijo: “Este hombre no es un presidiario, fue vilmente engañado y sería un grave error terminar con su vida. No vinimos hasta aquí para matar gente inocente… no de esta manera.”
“¿De qué demonios estás hablando?” contestó Amanda. “¿Estás diciendo que este viejo es un pobre diablo al que trajeron engañado y al que casi matamos?”
“Claro que sí,” respondió Gary. “Míralo, ni siquiera parece un condenado a muerte. Es un pobre tipo enfermo que vive en las calles, "¡un mendigo por Dios santo!”
“A quién demonios le importa,” agregó Charly. “Si lo trajeron hasta aquí, es porque no sirve para nada y nadie reclamará su cuerpo.”
Gary: “¿Maldito bastardo, qué parte no entendiste de todo lo que dije?”
Tom: “Oigan todos, no debemos precipitarnos. Esto se está saliendo de control y solo empeorará las cosas. Mejor busquemos una salida entre todos, dialogando como seres racionales.”
pag289Amanda: “El viejo está aquí porque esos bastardos lo trajeron con la promesa de algo más. Pero si lo piensas mejor, verás que de todas formas está sentenciado a morir en el cemento de la gran ciudad.”
Gary: “¿Oye, te estás escuchando? Pareces una zorra sin sentimientos.”
Amanda: “¿A quién le dices zorra, pedazo de maricón? ¿Por qué demonios estás aquí? ¿Alguien abusó de ti cuando eras un niño? ¿Necesitas matar a alguien para quitar de tus recuerdos el sabor amargo de esa travesía que te ocasiona vértigo en el trasero?”
Gary: “Ya cállate, maldita zorra americana. ¿Qué mierda sabes tú de mi pasado?”
Mientras Gary y Amanda discutían, el indigente intentó ponerse de pie, pero no pudo y trastabilló debido a la bala que se había incrustado en su pie izquierdo, cayendo a tierra nuevamente.
Entonces Charly, efectuando un disparo al aire para intimidar a sus adversarios y terminar con la discusión, gritó a viva voz: “Levantenlo, llévenlo lejos de aquí. Denle un tiempo estimado de treinta minutos para morir por ahí como una rata. Nosotros lo alcanzaremos con rumbo norte porque la verdadera cacería comienza ahora.”
Tom, Lester y un gordo de nombre Clive obedecieron, levantando al mendigo y llevándolo más adentro en la selva. Cada paso era una tortura para la presa, que sabía que sus posibilidades de sobrevivir eran mínimas. Pero en su interior, una chispa de esperanza se mantenía viva. Sabía que debía encontrar una manera de escapar, de sobrevivir a esta pesadilla. Aunque estuviera herido, recordaba todas aquellas veces que la muerte lo había visitado en medio de las frías calles de Buenos Aires, inviernos despiadados y adictos asesinos que merodeaban por las noches en busca de una presa para entregársela a su loca imaginación luciferina.
“¡Oh claro, eso es!” pensó. “Voy a cavar un pozo y cubrirme con hojas hasta que estos asesinos se vayan. Eso resultará.”
Mientras avanzaban, la selva se volvía más densa y oscura. Los sonidos de la naturaleza parecían burlarse de la desesperación de la presa.
Finalmente, llegaron a un claro en la selva. Tom levantó una mano, indicando que se detuvieran. “Aquí es donde termina tu viaje,” dijo, su voz llena de satisfacción. “Pero para nosotros, esto es solo el comienzo de una nueva cacería.”
Entonces soltaron al viejo y le dijeron: “Ya lárgate de aquí, vete lejos, piérdete en la frondosidad de la naturaleza y no lo olvides, esta es la única oportunidad que tienes para sobrevivir.”
Obviamente, la presa nunca comprendió lo que estos sujetos le dijeron, pero reconoció que le estaban dando la oportunidad de esconderse o morir en el intento.
pag290El viejo realmente herido, con el poco aliento que le quedaba, miró a su alrededor buscando desesperadamente una salida. El claro estaba rodeado de árboles altos y densos, y la oscuridad hacía imposible ver más allá de unos pocos metros.
“Corre,” dijo uno de ellos, señalando hacia la espesura. “Te daremos una ventaja de 30 minutos. Si logras escapar, serás libre. Pero si te atrapamos… bueno, ya sabes lo que pasará.”
El viejo no necesitó más incentivo. Con un último esfuerzo, se levantó y comenzó a correr, adentrándose en la selva. Cada paso era una lucha contra el dolor y el agotamiento, pero la esperanza de sobrevivir lo impulsaba a seguir adelante. Los cazadores lo observaron en silencio, contando los minutos con precisión.
Cuando Charly y el resto lo alcanzaron, levantó su arma y dio la señal. “Vamos a cazar.”…Consigue el libro.
Cuentos de la obra
- La puta de tu madre
- Puedes mamar mi pito por favor?
- Este pais me enferma
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- Ellos iniciaron el fuego
- los cigarrillos de marihuana en mi chaqueta
- La puta de mi madre se fue de casa
- La escopeta de papá
- No es fácil ser un muchacho
- A Dios.....
“Talento para el horror 3” fue publicada el 8 de Julio del 2024 por la editorial Vibras y está disponible en una variedad de formatos para satisfacer las preferencias de todos los lectores, incluyendo E-book, audio y papel de 371 paginas, La novela ha trascendido fronteras, con traducciones a 25 idiomas, lo que refleja su alcance global y permite a una audiencia internacional experimentar este viaje a través del terror psicológico de la mano de Martina olivera y Marcos orowitz”