Biblioteca Virtual Fandom

Ya somos la novena Comunidad en español más grande de FANDOM, te invitamos a que colabores en nuestra comunidad y contribuyas a que sea más grande. ¡Gracias a todos los que nos leéis y lo habéis hecho posible!

LEE MÁS

Biblioteca Virtual Fandom

Rebelión el libro de los despiertos

Rebellion the book of the awakened

All rights reserved EDTV

En un mundo dominado por la opresión y el control, la humanidad está al borde del abismo. “Rebelión: El Libro de los Despiertos” narra una era de miedo y manipulación, donde un mensaje en redes sociales desencadena eventos que cambiarán la historia.

La novela sumerge al lector en un terror psicológico, reflejando la lucha de individuos valientes contra abusos y corrupción. La protesta pacífica evoluciona en una revolución y guerra civil, despertando la conciencia colectiva y dando paso a una rebelión a gran escala. Explora la complejidad emocional, valentía y solidaridad en tiempos de crisis. Cada personaje enfrenta sus demonios y decide entre someterse o luchar por la libertad.

__________________________________________________________

Cortesía: Soyclaudia

Capitulo: El mensaje enigmático

Pagina: 4 y otras

Desde la tranquilidad de mi cama, escuché sirenas de ambulancias, patrullas y un bullicio poco común en esta ciudad desde muy temprano. Pensé, ¡¿Qué demonios?! Será que nuevamente olvidé un festejo patrio del que no estoy enterado. No tengo buena memoria y normalmente recuerdo las fechas patrias gracias a las noticias y al gran caudal de gente movilizándose por las calles, impidiendo que llegue a mi trabajo en el horario correcto.

Pero esa mañana fue imposible dejar de lado todo aquel desparpajo de gritos y más gritos. De repente, escuché una explosión que hizo temblar las ventanas de mi apartamento.

“¡¿Qué demonios?!” grité, saltando de la cama para ponerme a resguardo debajo de ella.

“¡Binnie!, Binnie!, ¿Dónde demonios estás?” grité llamando a mi gato. ¿Qué está sucediendo?

“Nos están atacando los malditos rusos,” escuché a alguien gritar.

Lo sabía, algún día tendría que comenzar esta maldita guerra.

Cuando todo quedó en silencio, otro estallido similar hizo temblar la tierra. Sentí con todo mi cuerpo en contacto con el piso cómo aquel estruendo estremeció la estructura edilicia desde las entrañas.

“Estamos acabados, Binnie. Maldita sea, ¿Dónde demonios estás?”

Las sirenas comenzaron a sonar, seguidas por el relampaguear de una ametralladora que se escuchaba junto al motor de un helicóptero.

“¿Pero qué demonios?” dije. “¡Los hijos de puta nos están atacando desde el cielo! ¡Ya están aquí!”

Sabía que debía abandonar ese edificio lo antes posible. Me puse de pie contando hasta tres y corrí hacia la cocina en busca de Binnie. Allí estaba, agazapado y asustado dentro de una alacena, donde normalmente guardaba su alimento y las latas de atún.

“Vamos Binnie, ven conmigo,” le dije, tomándolo y envolviéndolo en mis brazos.

Al acercarme al ascensor, lo encontré fuera de servicio. No observé la presencia de los vecinos. Al descender por las escaleras, noté algunos apartamentos con las puertas abiertas, ropa y cosas de valor esparcidas por todos lados.

“Estamos acabados, Binnie. Esto comenzó hace un buen tiempo atrás y yo me quedé dormido, ¿lo entiendes?”

Zigzagueando entre valijas, cajas y empaques que jamás salieron del edificio, pude llegar a la planta baja.

“Oh Dios mío,” dije sorprendido, “¿qué demonios sucedió allá afuera?”

El humo había transformado la atmósfera en una especie de neblina densa. Observé la presencia de fuego, mucho fuego devorando autos y los cadáveres de algunas personas desechas por completo.

Al ver ese panorama, pensé por dentro, ¿y ahora qué demonios voy a hacer?

Metí mi mano en el bolsillo del pantalón, pero lo que encontré fue solo la sorpresa de que estaba en pijamas. “¡Mi teléfono!” Maldita sea, Binnie, olvidamos el maldito teléfono allí arriba. No voy a volver, es peligroso.

Desplazándome por las calles, casi tanteando el asfalto con la punta de los pies, hice contacto con una patrulla de policía. La radio aún funcionaba y del otro lado escuchaba perfectamente la voz de la operadora con un tono desesperante pidiendo apoyo, precisamente para la ciudad donde me encontraba. Entré a la patrulla, puse a Binnie a un lado y tomando la radio hice contacto con la central.

“¿Hola, señora, puede usted escucharme?” Silencio estático, nadie contestaba. “Hola, hola, ¿alguien del otro lado?”

“¡Lo único que faltaba, Binnie! ¡Que mataran a la operadora!”

La patrulla tenía las llaves en el contacto y una escopeta recortada sobre los asientos traseros. Encendí el vehículo, cerré las ventanillas y de manera sutil comencé a desplazarme por las calles, con los faros antiniebla rompiendo la densidad que se mostraba cada vez más oscura. Las corridas de personas y disparos hicieron que me detuviera por un instante. Sería mejor apagar las luces, a menos que quiera ser sorprendido por un maniático armado exigiendo que le entregue el vehículo.

“A todas las unidades, reportarse a central, es urgente,” dijo nuevamente la operadora en línea.

Tomé la radio y contesté: “Oiga, por aquí reportándome dentro de una patrulla policial.”

“¿Quién es usted?” contestó del otro lado.

“Mi nombre es Gary, soy de Lyon Village, en Washington DC. ¿Quién está del otro lado?”

Nuevamente, el sonido estático chirriante se mantuvo y la operadora contestó. “Soy el oficial Amy y estoy en Columbia. ¿Cuál es el panorama por allí?”

“Oh oficial, no muy bueno. Los rusos atacaron con fuerza, mucha fuerza. Devastaron la ciudad en cuestión de minutos y la convirtieron en ceniza. Una espesa niebla oscura está cubriendo la zona, no se disipa, se mantiene activa por alguna razón que desconozco. A pesar de escuchar gritos, disparos y sirenas, no he tenido el placer de hacer contacto con nadie vivo en este maldito lugar. Solo cadáveres y fuego.”

“Gary, ¿dónde pasaste las últimas horas?” respondió ella, con un tono casi disgustado.

“Pues estaba durmiendo en mi cama. El maldito despertador está programado para despertarme a las 7:30 am todos los días y esta vez ¡no sucedió!”

“¡Claro que no, Gary!” contestó Amy. “No creo que vuelva a suceder. No se trata de un ataque ruso, ni chino, ni siquiera de una actividad terrorista de Hezbollah. Se trata de una rebelión, una guerra civil repentina que nadie advirtió.”

“¿Pero de qué carajos estás hablando?” contesté sorprendido. “Una guerra civil en este país significa la masacre total de millones de personas. Cientos de miles de seres humanos armados porque la constitución así lo determinó, matándose los unos a los otros para sobrevivir a un pensamiento diferente. Oye, debes estar equivocada. ¡Este panorama desértico parece más un ataque ruso que una guerra civil! ¿Estás segura de eso, Amy?”

“Así como lo acabas de escuchar, Gary. Las cosas se pusieron difíciles y treinta estados fueron tomados por completo, siendo este el estratégico y el que aún está en juego. Explicarlo será contraproducente. Solo tenemos la obligación de transmitir los acontecimientos que se vayan desarrollando en las diferentes ciudades de Washington, con la intención de mantener informado al presidente de la nación y al parlamento de justicia.”

Rápidamente, enojado, respondí: “Pues de mi parte, Amy, puedes decirles a esos de la Casa Blanca ¡que se vayan a la mierda! Y que de mi parte no obtendrán ni un miserable mensaje para defender sus malditos intereses.”

“Oye, oye, tranquilo,” dijo ella. “¿Dónde está tu familia? ¿Tu esposa e hijos? ¿Tienes hijos, ¿verdad?”

“No señora, soy soltero y estoy en este preciso momento con Binnie, mi pequeño gato. Estamos atravesando las calles con vehículos ardiendo en fuego y cadáveres por doquier. Creo que estamos atravesando el Hyatt Place Arlington…”

Entonces, mientras describía a Amy mi posición, una ráfaga de disparos se incrustó en el vehículo, atravesando las ventanas y salpicando vidrios por todos lados.

Binnie se asustó y se escondió debajo del asiento del acompañante del conductor. Me arrojé junto a él, esperando a que los atacantes cesaran el fuego.

Escuché gritos y la corrida de una muchedumbre dirigirse hacia mí. Respiré hondo, acomodé mi cuerpo como pude y presioné el acelerador lo más rápido que pude. La voz insistente de Amy repetía: “Gary, ¿estás allí?”

Respiré hondo, sentí la adrenalina corriendo por mis venas mientras presionaba el acelerador. Binnie se aferraba a mí, asustado y tembloroso. El humo denso y oscuro llenaba las calles, haciendo difícil ver más allá de unos pocos metros. Los faros antiniebla apenas rompían la oscuridad.

Las calles estaban desiertas, salvo por los cadáveres que yacían esparcidos, víctimas de una guerra que había estallado sin previo aviso. El silencio sepulcral era interrumpido ocasionalmente por disparos lejanos y gritos desgarradores.

A medida que avanzaba, los horrores de la guerra civil se hacían más evidentes. Varios edificios habían sido reducidos a escombros, sus estructuras colapsadas como castillos de naipes. Autos quemados yacían en las aceras, algunos todavía humeantes.

"Dios mío," murmuré, incapaz de asimilar la devastación.

Pasé por lo que solía ser un parque, ahora convertido en un campo de batalla improvisado. El suelo estaba cubierto de casquillos de bala y equipo militar abandonado.

Mientras giraba en una esquina, vi a un grupo de personas, famélicos y desesperados, buscando refugio. Sus miradas perdidas y aterrorizadas me hicieron sentir una profunda tristeza y desasosiego. Este no era el país que conocía.

"Binnie, tenemos que encontrar un lugar seguro," dije, aunque sabía que la seguridad era un concepto abstracto en ese momento.

De repente, una explosión resonó a pocos metros de nosotros, haciendo volar trozos de metal y concreto por los aires. El vehículo se tambaleó, pero logré mantener el control.

"¡Maldición!" grité, acelerando para alejarme del área.

Miré por el retrovisor y vi a un grupo armado acercándose rápidamente. Sabía que no podría enfrentarlos solo, así que giré en una calle lateral, esperando perderlos entre el laberinto de escombros.

Las calles eran un caos, con barricadas improvisadas y puestos de control militares abandonados. Sentí una mezcla de miedo y rabia, la guerra civil había transformado mi ciudad en un campo de batalla.

Encontré un edificio relativamente intacto y decidí buscar refugio allí. Apagué el motor y ayudé a Binnie a salir del vehículo. Las puertas del edificio estaban abiertas, y el interior parecía abandonado.

Subimos rápidamente las escaleras, el sonido de nuestras pisadas resonando en el silencio. Encontré un apartamento vacío y aseguré la puerta lo mejor que pude.

"Binnie, estaremos seguros aquí por ahora," le dije, aunque no estaba seguro de cuánto duraría esa seguridad.

Miré por la ventana y vi el panorama devastador de mi ciudad. La niebla densa y oscura seguía cubriendo todo, y el sonido lejano de explosiones y disparos continuaba. La guerra civil había convertido mi hogar en un infierno en la tierra, y solo podía esperar…"Si la introducción fue de tu agrado no dudes en solicitar un ejemplar"

Capítulos de la obra

  1. El Mensaje Enigmático 👈
  2. La Mano del Poder
  3. Despertar Colectivo
  4. Llamada a la Libertad
  5. Protesta y Pasión
  6. El Preludio de la Revolución
  7. Fuego en las Calles
  8. Guerra y Esperanza
  9. El Puente del Miedo
  10. Un Nuevo Amanecer

“Rebelión: El Libro de los Despiertos” fue publicada el 21 de Mayo del 2024 por la editorial Vibras y está disponible en una variedad de formatos para satisfacer las preferencias de todos los lectores, incluyendo E-book, audio y papel de 281 paginas; La novela ha trascendido fronteras, con traducciones a 25 idiomas, lo que refleja su alcance global y permite a una audiencia internacional experimentar este viaje a través del terror psicológico, todo bajo la pluma del talentoso autor Marcos Orowitz.