“Perfidia” es una cautivadora novela de romance, crimen y suspenso escrita por el autor Marcos Orowitz en 2011. La historia se desarrolla en el sur de Estados Unidos durante la década de los 80, un momento en el que las mujeres comenzaban a consolidarse en la sociedad. La trama está llena de giros inesperados y una narrativa envolvente. “Perfidia” es una apasionante historia de intriga y valentía, un pequeño homenaje al valor y compromiso humano a través de una protagonista excepcional.
Pequeño fragmento[]
El reloj marcaba las 22:30 Lizeth se encontraba recostada sobre un sillón viejo y gastado, lo utilizaba para dormir, no tenía un colchón tampoco una cama, no había mucho espacio que digamos en ese cuarto, entonces reemplazarlo por un pequeño sillón fue una gran idea, cada centímetro de espacio ahorrado era un nuevo producto ingresando por esa puerta, en aquella comunidad mobiliaria se compartían la cocina, el refrigerador y el baño, también había un pequeño y relajado reglamento no muy estricto, exhibido en una pizarra colocada en la puerta de acceso principal , hacía mención a respetar los horarios de visitas y tener mucho cuidado con la apertura y cierre de la puerta de ingreso en los horarios consignados.
— En sus faldas dormitaba su pequeño gato (Tom) se sentía muy cómodo y no se quejaba para nada de las caricias que recibía por parte de Lizeth, por delante de ella una pequeña mesa de madera con restos de patatas fritas, una taza de café sin terminar casi tibio, y un cenicero de metal, con un cigarrillo que nunca fumó, su guitarra de madera apoyada sobre el marco de la mesa, y su medio de transporte colgando sobre la pared, una bicicleta usada que compró en una venta de garaje,” Esta ciudad apesta" solía tararear en voz baja casi imperceptible, era una estrofa musical extraída de un simple que ella solía practicar con su vieja guitarra, y que utilizaba como excusa en su pensamiento para no pensar en nada, cuando las cosas se ponían difíciles.
— Lizeth rentaba un cuarto como muchos otros jóvenes, en los suburbios de la ciudad, era una casa grande, antigua que se construyó en 1900 y que con el tiempo se convirtió en un edificio de apartamentos, y los grandes espacios se subdividieron en unidades individuales para hacerlas habitaciones, se exhibía y facturaba como hotel estudiantil, todas las mañanas solía despertar más temprano de lo acostumbrado, temía quedarse dormida, ya no estaba en su hogar, su madre solía ser quien ingresaba por las mañanas a su dormitorio, haciendo ruidos con las cortinas dejando ingresar la luz del sol profundo con todo su esplendor de forma molesta, recogiendo las prendas del suelo y acomodándolas en el armario que tenía algunos tornillos oxidados y cualquier movimiento hacían que su puerta rechinara, Lizeth sabía que todo aquello era realmente molesto, lo sabía, pero también comprendía que su madre cumplía muy bien con esa tarea, con ese cometido.
— Ella era una muchacha de pueblo, proveniente de una familia de trabajadores de la clase ganadera, su familia sostuvo a duras penas la graduación del bachillerato de su hija mayor, con la promesa de enviarla lo antes posible a la ciudad en busca de empleo y de un futuro más sustentable, que sin duda ni ellos ni el entorno rural donde residían podía otorgarle.
— Su sueño era ser una estrella de la música, había soñado con este acontecimiento muchas veces, pero por aquellas vicisitudes y designios de la vida, sus sueños se vieron envueltos en un bucle e hicieron que poco a poco aquel anhelo de su corazón mitigara aquella luz que brillaba en sus ojos y se apagaran por completo, quizá aceptar la premisa del destino no fue la mejor de las opciones, pero comprendía que esta vida no siempre era justa traía consigo un tendal de incongruencias en especial con aquellos que de alguna forma u otra llevaban consigo la carga que representan para esta sociedad las personas que deben luchar para conseguir sus metas.
— Ella no tenía mucho que ofrecer en cuestiones de habilidades laborales sus experiencias rondaban en el cuidado de ganado, en la manutención de la siembra y en la interpretación a grandes rasgos de los mapas meteorológicos proporcionados por los medios informativos que advertían la presencia de un tornado, Un cielo oscuro o verdoso. Una nube baja, grande y oscura, granizo grande y un estruendo similar al producido por un tren de carga.
— Pero la Ciudad tenía mucho que ofrecer, cada año recibía a un centenar de jóvenes provenientes del sur del país para acobijarlos o desecharlos según sus características personales, algunos lograban cumplir con sus metas otros sin embargo eran seducidos por las pasiones que ofrecían las noches y eran cautivados por la prostitución las drogas y el robo, no todos estaban preparados para soportar la presión de ser protagonistas de sus propias vidas y aunque autoabastecerse era una tarea fácil, hacerlo de la forma correcta no lo era, aquí se debían aceptar reglas, reglas morales y de índole comercial, normas que el empleado debía aceptar más allá de sus conceptos personales sobre la idea de un jefe y un horario que cumplir, por esa razón muchos de estos jóvenes decidían tomar el camino más fácil y queriendo vivir en libertad terminaban presos de sus malas decisiones, las oscuras calles por aquellos años no eran controladas como lo son ahora, el producto del pecado se vendía a un buen precio en las partes bajas y la ausencia de efectivos policiales era evidente, en todos los noticieros mostraban su ineficacia y se sumaban de forma constante los homicidios, las violaciones, miles de personas perdiendo la razón y trayendo a la realidad sus propios demonios y si no eras un personaje despierto y sabias defenderte terminaban muerto en manos de algún maniático en busca de sangre fresca, personajes enfermos como; Ted Bundy, Jeffrey Dahmer o el gordo asqueroso de John Gacy, en aquellas épocas no habían dispositivos celulares para todos, los primeros asomaron en 1983 en manos de la empresa Motorola y eran semejante a un ladrillo pesaban 4.8 libras y solían verse muy rara vez en el vehículo tope de gama de algún anciano con mucho dinero.
— En aquellas épocas las personas se veían obligadas a interactuar cara a cara con el resto, no programabas absolutamente nada sin antes tener la certeza de que aquella cita pertenecía a una buena fuente y si no tenías la certeza de nada, corrías el riesgo de que Personajes como los que acabo de nombrar recién te sorprendieran, entonces las amistades, los noviazgos, los empleos y todas las relaciones se conseguían fruto de una interacción social y física.
— Antes de partir Lizeth se preparaba un buen café, encendía la radio y cantando y bailando comenzaba con las tareas hogareñas dejar todo preparado para que Tom desarrolle su día con lo necesario y para que no intentase escapar por la ventana, dejar servido en unos pocillos: su alimento, su agua sus piedritas sanitarias, y sus juguetes, luego repasaba un poco la limpieza del piso, retiraba la frazada del sillón, la extendía y volvía a colocarla cubriéndolo por completo con intención de cubrir manchas, agujeros y rasguños que Tom había dejado como muestra de su afecto por aquel artículo, se preparaba un sándwich lo colocaba dentro de su mochila, tomaba un walkman regalo de sus padres cuando obtuvo el título de bachillerato y en bicicleta cruzaba la ciudad, desembocando en aquel inmenso edificio donde desarrollaba sus tareas como telefonista de ventas y atención al cliente.
— ¿Algo cansada quizá? Hoy su día no había comenzado bien, uno de aquellos días donde probablemente debía soportar lo de siempre, su jefe Rod era un baboso, el mal nacido tenía la costumbre de acosar a las empleadas del grupo de atención al cliente y no es la primera vez que había sido denunciado por las empleadas del sector, tenía un prontuario bastante amplio en su foja laboral, muchas jovencitas no soportaban aquellas actitudes cobardes y desquiciadas del degenerado y tampoco estaban de acuerdo en mantener una relación con una persona padeciendo el flagelo de lascivia..."Consigue el libro"
“'Perfidia” fue publicada el 29 de Junio del 2024 por la editorial Vibras y está disponible en una variedad de formatos para satisfacer las preferencias de todos los lectores, incluyendo E-book, audio y papel de 366 páginas, La novela ha trascendido fronteras, con traducciones a 25 idiomas, lo que refleja su alcance global y permite a una audiencia internacional experimentar este viaje a través del terror psicológico, todo bajo la pluma del talentoso autor argentino Marcos Orowitz.”