Occhi-Marci (Trad: Ojos-Podridos) es un cuento popular italiano recopilado por Domenico Comparetti, que Italo Calvino incluyo el cuento en su colección Cuentos populares italianos bajo el título Pelle di vecchia (Trad: Piel de vieja).
Sinopsis[]
Un rey le pregunta a sus tres hijas cuanto le quieren, y la mayor responde que tanto como al pan, la mediana tanto como al vino, y la menor tanto como a la sal. Como la sal se derrite, el rey teme que eso quiera decir que su hija quiere acabar con él, por lo que la expulsa de palacio, con su nodriza como única compañía. Como la princesa recibe la atención indeseada de todos los jóvenes con los que se encuentran, la nodriza va a dónde se ha celebrado el funeral de una anciana de noventa años, y se gasta todo el dinero que tiene en sobornar al sepulturero para que desolle el cadáver de la anciana y les venda la piel, con la que le hace un disfraz a la princesa para que oculte su belleza. Un príncipe ve a la princesa llevando la piel de la vieja, y creyendo que de verdad es una anciana centenaria, se sorprende de que pueda caminar con tanta gracia y desenvoltura. Por curiosidad pregunta a la supuesta anciana de dónde viene, y la princesa responde con evasivas, que el príncipe encuentra tan divertidas e ingeniosas que decide llevársela a palacio para que viva y entretenga a la corte.
En el palacio del príncipe a la princesa la asignan como dormitorio un cuarto en el entresuelo, y cuando tiene un rato libre el príncipe va a visitarla y charlar con ella. En palacio todos la llaman Ojos Podridos, debido a que siempre tiene los ojos llenos de legañas, y un día le dice a la reina que ella de joven hilaba muy bien. La reina le da entonces un poco de lino para que lo hile, y en cuanto se queda sola la princesa cierra con llave la habitación para que no entre nadie, se quita la piel de vieja y se pone a hilar. La princesa hila tan bien el lino que sorprende a todos en la corte, quienes daban por sentado que Ojos Podridos, por su aspecto decrépito, no sería tan hábil. La reina le da entonces a Ojos Podridos una camisa para que la cosa, y la cose tan bien que el príncipe comienza a sospechar algo, por lo que decide un día espiar a Ojos Podridos observando por la cerradura de la puerta de su habitación. Así descubre a la princesa quitarse la piel de vieja y revelar su verdadera apariencia, que es tan hermosa que derriba la puerta y entra a abrazarla. El príncipe le pregunta a la princesa quién es, y por qué se oculta. Ella le cuenta como su padre la echo de palacio, y el príncipe va a decirles a sus padres que ya ha encontrado novia con la que casarse.
A la boda del príncipe y de la princesa es invitado el padre de la princesa, quién no es capaz de reconocer a su hija. En el banquete, la princesa ordena que a su padre le preparen los platos a parte, y que en ninguno le echen sal, salvo el asado, que le sirven al final. Así, cuando durante el banquete al rey le sirven la sopa, prueba una cucharada, y como le sabe insípida, no toma más; cuando le sirven la carne hervida apenas la prueba, y el pescado ni siquiera lo toca, pero en cuanto prueba el asado le gusta tanto que repite tres veces. La novia le pregunta entonces al rey como es que los otros platos apenas los había tocado, y cuando su padre le responde que es porque estaban insípidos, mientras que el asado estaba sabroso, la princesa por fin le revela quién era y el verdadero valor de las palabras que le había dicho, por las que su padre la había expulsada de palacio. El rey, al darse cuenta de su error, la pide perdón.
Versión de Italo Calvino[]
En su versión incluida en la colección Cuentos populares italianos Italo Calvino cambio el principio y el final del cuento, sustituyéndolos por los de otra variante italiana del ATU 923, titulada El cartucho de sal, que había sido recopilada por Gennaro Finnamore:
Antes de ir a una feria un rey le pregunta a sus tres hijas que quieren que les traiga. La mayor le pide un pañuelo, la menor unas botas, y la menor un cartucho de sal. Las dos hijas mayores del rey, que detestan a su hermana pequeña, le dicen a su padre que le ha pedido un cartucho de sal porque quiere salarle el pellejo. Al oír esto, el rey se enfurece y expulsa a la princesa de palacio. El resto del cuento transcurre como en el texto original de Comparetti, salvo por el detalle al final que menciona que el rey castiga a sus dos hijas mayores por calumniar a su hermana pequeña.
Ver también[]
- La pastora de ocas del manantial, cuento popular alemán recopilado por los hermanos Grimm.
- La princesa Piel de Ratón, cuento popular alemán recopilado por los hermanos Grimm.
- Capa de Juncos, cuento popular inglés recopilado por Joseph Jacobs.
- Xuanón del Cortezón, cuento popular español recopilado por Eugenio de Olavarría y Huarte.