Las tres toronjas es el noveno cuento de la quinta y última jornada de Il Pentamerone de Giambattista Basile.
Sinopsis[]
Ciommetellio, el hijo del rey de Torre Larga, es tan huraño y malhumorado que su padre cree que nunca va a encontrar esposa, Un día que esta cortando requesón el príncipe se corta por distraerse con el vuelo de unas cornejas, y tan bonito le parece el color que se forma al combinarse el blanco del requesón con la sangre, que el príncipe prometa que no se casará, a menos, que sea con una doncella tan blanca como el requesón y tan roja cono la sangre. El rey en un principio cree que el capricho de su hijo es una perdida de tiempo, pero al ver que su hijo no atiende a razones, le da dinero y unos criados para acompañarle, y le deja marchar en busca de una dama como la que desea.
Tras un largo viaje, del que los criados le dejan solo por que sus pies no pueden aguantar su ritmo, el príncipe llega a la isla de las ogras y se encuentra con una anciana, que le advierte que lo mejor será que se marche, pero el príncipe prosigue su camino y se encuentra con otra anciana, que cuando le cuenta el motivo de su búsqueda, le entrega tres toronjas, que le advierte que no la abra hasta que no este junto a una fuente. El príncipe acepta las toronjas y regresa a su reino. Durante el viaje de regreso para en un manantial que encuentra en un bosque y corta la primera toronja, de la que sale una muchacha, blanca como la nata y roja como las fresas, que le pide agua. Pero el príncipe se queda tan embelesado con la belleza del hada que no le da tiempo a reaccionar, y el hada se desvanece en el aire. El príncipe vuelve a probar suerte cortando la segunda toronja, pero vuelve a fallar y el hada se desvanece antes de que pueda darle agua.
Cuando Ciommotello corta la tercera toronja, esta vez está mejor preparado y le da tiempo a darle agua, evitando que desaparezca. El príncipe deja a la doncella sola, ya que no quiere llevarla al reino de su padre desvestida, y la dice que le espera, que le traerá vestidos y un séquito digno para presentarla ante su padre. La doncella se sube a un árbol a esperar, y el príncipe se marcha. Llega entonces una esclava llamada Lucia, a la que su ama ha enviado a la fuente a por agua, pero en cuanto ve el reflejo de la doncella en el agua, cree que es el suyo, decide que es demasiado hermosa para tener que ir a por agua, rompe el cántaro y vuelve a la casa de su ama, quién al ver volver sin el agua y preguntarle por qué, Lucia contesta diciendo que se le rompió, en vez de haberlo roto ella.
El ama la cree, pero la vuelve a mandar al día siguiente a por agua a la misma fuente, esta vez con un barrilejo, y Lucia vuelve a ver el reflejo de la doncella, que sigue en la copa del árbol esperando a Ciommotello, que aún no ha llegado, y vuelve a creerse que es el suyo. Lucia rompe el barrilejo y cuando vuelve a casa, su ama le pregunta por qué ha vuelto otra vez sin agua, y Lucia le echa la culpa de haber roto el barrilejo a un burro con el que se había cruzado. Pero esta vez su ama es menos crédula, y tras darla una paliza a base de escobazos, le entrega un odre y manda a Lucia otra vez a por agua. En la fuente Lucia vuelve a ver el reflejo del hada, se cree que es el suyo, se quita el alfiler del pelo y se pone a pinchar el odre, dando lugar a un espectáculo tan divertido que la doncella se echa a reír. Lucia levanta la vista y descubre al hada, dándose cuenta de la verdad y decidendo vengarse del hada, a la que culpa de los escobazos que le dio su ama.
Lucia le pregunta al hada que hace allí, desnuda en la copa de un árbol, y el hada se lo cuenta. Lucia la pide que la deje peinarla, para que este más guapa y presentable para cuando llegue el príncipe. Lucia trepa al árbol y le clava el alfiler en la cabeza. El hada se trasforma en paloma y se marcha volando. Lucia mientras se quita la ropa y la arroja lejos. Para cuando Ciommotello llega con el séquito y los vestidos, se encuentra con Lucia en lugar del hada, y Lucia le convence que ella es el hada. El príncipe se traga la mentira y se lleva a Lucia al palacio de su padre, dónde la presenta como su prometida El rey abdica y le entrega la corona a su hijo y la mujer a la que presenta como su prometida. Para celebrar las bodas del príncipe se preparan unos festejos, que incluyen un banquete. Mientras en las cocinas de palacio preparan el banquete, se posa en la ventana una paloma, que se pone a cantar, preguntando al cocinero que hace el nuevo rey, casándose con una sarracena. El cocinero va a la mesa a contar lo ocurrido, y la prometida del príncipe le ordena que matase a la paloma y haga una empanada con ella.
El cocinero atrapa a la paloma, la mata, la despluma y hace con ella una empanada. Las plumas las arroja por la ventana al jardín, y a los cuatro días florece un toronjo dónde cayeron las plumas. El joven rey, en cuanto lo ve, le pregunta al cocinero de dónde ha salido ese hermoso toronjo que antes no estaba. El cocinero le explica lo ocurrido con la paloma, y Ciommotello ordena que nadie toque el árbol. Tres días más tarde crecen en las ramas tres toronjas, idénticas a las que le había entregado la vieja en la isla de las ogras, que arranca en cuanto las ve. Ciommotello las lleva a sus aposentos y se encierra con un cuenco de agua. El rey corta las toronjas con el mismo cuchillo que había cortado las otras. Ciommotello vuelve a fallar con las dos primeras hadas, pero a la tercera consigue darle el agua antes de que desaparezca. Esa hada es la misma que la última vez, que recuerda todo lo ocurrió, y le cuenta como Lucia la suplantó.
Ciommotello le da al hada ropas para que se vista y la presenta en la corte, preguntando que castigo merce aquel que se atrevería a hacerle daño a una doncella tan hermosa como ella. Lucia responde que esa persona debería de ser quemada y sus cenizas, arrojadas desde el castillo. El rey la responde que ella misma se ha sentenciado, y ordena a la guardia que se la lleven para quemarla y esparcir sus cenizas.
Ver también[]
- El amor de las tres granadas, cuento popular italiano recopilado por Gennaro Finnamore.
- Las tres toronjas del amor, cuento popular catalán recopilado por Francisco Maspons y Labrós.
- Las tres naranjas del amor, cuento popular español recopilado por Aurelio de Llano Roza de Ampudia.
- La palomita, cuento popular español recopilado por Sergio Hernández de Soto.
- La negra y la paloma, cuento popular español recopilado por Aurelio Macedonio Espinosa.
- Los tres citrones del amor, cuento popular portugués recopilado por Zófimo Consiglieri Pedroso.
- Tres naranjas mágicas, cuento popular costarricense recopilado por Lupe de Osma.