Laszlo Carreidas es un importante archisupermillonario que preside varias empresas de aviación, lanas, petróleos, salas de cine, prensa, etc., además de las fábricas de la popular bebida "Sani-Cola". Tanto dinero junto puede llamar la atención de algún desaprensivo como Robert Rastapopoulos, el cual planeó el secuestro del magnate cuando este se dirigía a Sidney a bordo de su ultramoderno avión particular, para sí poder acceder a su cuenta bancaria suiza. Pero Laszlo Carreidas es duro de pelar y Robert Rastapopoulos no vio cumplido su deseo. Gracias a unos amigos de otro planeta, apareciendo más tarde en un bote neumático a la deriva cerca de la isla volcánica indonesia de Pulau-Pulau Bompa, afectados de un extraño shock amnésico.
Laszlo Carreidas es un tipo más bien antipático -"El hombre que nunca se ríe"-, soberbio -cuando Laszlo Carreidas habla, todo el mundo se calla- y tramposo - emplea un pequeño televisor para ganar el combate naval-. Verdaderamente, el fondo de su naturaleza es malo, aunque, eso sí, sea capaz de profesarle un auténtico cariño a su sombrero, un "Bross & Clackwell" de antes de la guerra. Pero pese a su incalculable fortuna, su aspecto y salud son sorprendentemente pobres, dando la triste sensación de ser el auténtico desgraciado que se resfría hasta en los trópicos.