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Una joven campesina llamada Karen es adoptada por una millonaria dama de avanzada edad después de la muerte de su madre. Su madre adoptiva compró un par de zapatillas rojas digna de una princesa. Karen repetidamente las lleva a la iglesia, sin prestar atención a las miradas de los feligreses. Ella hace caso omiso de la ira de su madre adoptiva y se queda mirando a las imágenes de santos de la iglesia. Su madre adoptiva se enferma, pero, Karen en lugar de cuidar de ella, la abandona, prefiriendo asistir a la iglesia con sus zapatillas rojas. Antes de entrar en la iglesia, es limpiado por un viejo soldado lisiado de guerra, quien señala en voz alta, ya que son los "hermosos zapatos de baile." Nuevamente Karen se distrae pensando en sus zapatos, olvidando incluso a recitar el salmo y la oración del Señor, y provocó una vez más un gran revuelo entre los presentes. Pero la salida, el viejo soldado se repite la frase, y de repente Karen se puso a bailar sin parar, como si los zapatos fueron bailando por su propia voluntad, ella no puede controlar. Las zapatillas rojas siguen bailando, a través de campos y prados, la lluvia o con sol, noche y día, a través de zarzas y espinos, y que desgarran las extremidades de Karen. Ni siquiera puede asistir al funeral de su madre adoptiva. En el cementerio, un ángel se le aparece, con una espada flamígera, y condena a bailar como una advertencia. Karen pide clemencia. Un día, Karen pasa por la casa del verdugo, y le pide cortar sus pies con su hacha. Lo hace, pero los pies amputados de Karen con sus zapatillas rojas siguen bailando. El verdugo le da un par de pies de madera y muletas para poder caminar. Pensando que ella ha sufrido bastante por las zapatillas rojas, Karen decide ir a la iglesia a pedir perdón. Karen consigue un trabajo como sirvienta en la casa parroquial, pero cuando llega el día domingo no se atreve a ir a la iglesia y permanece encerrada en su habitación a orar a Dios. Vuelve a aparecer el ángel de nuevo, que ahora lleva un ramo de rosas, y le da la misericordia. Karen se encuentra un milagro en la iglesia, sin saber exactamente donde fue traído por el ángel o la misma iglesia que está "viniendo de ella." Su corazón está tan lleno de alegría, y su alma vuela inmediatamente al cielo, donde nadie pregunta por las zapatillas rojas. |
Una joven campesina llamada Karen es adoptada por una millonaria dama de avanzada edad después de la muerte de su madre. Su madre adoptiva compró un par de zapatillas rojas digna de una princesa. Karen repetidamente las lleva a la iglesia, sin prestar atención a las miradas de los feligreses. Ella hace caso omiso de la ira de su madre adoptiva y se queda mirando a las imágenes de santos de la iglesia. Su madre adoptiva se enferma, pero, Karen en lugar de cuidar de ella, la abandona, prefiriendo asistir a la iglesia con sus zapatillas rojas. Antes de entrar en la iglesia, es limpiado por un viejo soldado lisiado de guerra, quien señala en voz alta, ya que son los "hermosos zapatos de baile." Nuevamente Karen se distrae pensando en sus zapatos, olvidando incluso a recitar el salmo y la oración del Señor, y provocó una vez más un gran revuelo entre los presentes. Pero la salida, el viejo soldado se repite la frase, y de repente Karen se puso a bailar sin parar, como si los zapatos fueron bailando por su propia voluntad, ella no puede controlar. Las zapatillas rojas siguen bailando, a través de campos y prados, la lluvia o con sol, noche y día, a través de zarzas y espinos, y que desgarran las extremidades de Karen. Ni siquiera puede asistir al funeral de su madre adoptiva. En el cementerio, un ángel se le aparece, con una espada flamígera, y condena a bailar como una advertencia. Karen pide clemencia. Un día, Karen pasa por la casa del verdugo, y le pide cortar sus pies con su hacha. Lo hace, pero los pies amputados de Karen con sus zapatillas rojas siguen bailando. El verdugo le da un par de pies de madera y muletas para poder caminar. Pensando que ella ha sufrido bastante por las zapatillas rojas, Karen decide ir a la iglesia a pedir perdón. Karen consigue un trabajo como sirvienta en la casa parroquial, pero cuando llega el día domingo no se atreve a ir a la iglesia y permanece encerrada en su habitación a orar a Dios. Vuelve a aparecer el ángel de nuevo, que ahora lleva un ramo de rosas, y le da la misericordia. Karen se encuentra un milagro en la iglesia, sin saber exactamente donde fue traído por el ángel o la misma iglesia que está "viniendo de ella." Su corazón está tan lleno de alegría, y su alma vuela inmediatamente al cielo, donde nadie pregunta por las zapatillas rojas. |
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Revisión del 23:36 13 may 2021
Las zapatillas rojas es un cuento de hadas escrito por el escritor y poeta danés Hans Christian Andersen, famoso por sus cuentos para niños.
Trama
Una joven campesina llamada Karen es adoptada por una millonaria dama de avanzada edad después de la muerte de su madre. Su madre adoptiva compró un par de zapatillas rojas digna de una princesa. Karen repetidamente las lleva a la iglesia, sin prestar atención a las miradas de los feligreses. Ella hace caso omiso de la ira de su madre adoptiva y se queda mirando a las imágenes de santos de la iglesia. Su madre adoptiva se enferma, pero, Karen en lugar de cuidar de ella, la abandona, prefiriendo asistir a la iglesia con sus zapatillas rojas. Antes de entrar en la iglesia, es limpiado por un viejo soldado lisiado de guerra, quien señala en voz alta, ya que son los "hermosos zapatos de baile." Nuevamente Karen se distrae pensando en sus zapatos, olvidando incluso a recitar el salmo y la oración del Señor, y provocó una vez más un gran revuelo entre los presentes. Pero la salida, el viejo soldado se repite la frase, y de repente Karen se puso a bailar sin parar, como si los zapatos fueron bailando por su propia voluntad, ella no puede controlar. Las zapatillas rojas siguen bailando, a través de campos y prados, la lluvia o con sol, noche y día, a través de zarzas y espinos, y que desgarran las extremidades de Karen. Ni siquiera puede asistir al funeral de su madre adoptiva. En el cementerio, un ángel se le aparece, con una espada flamígera, y condena a bailar como una advertencia. Karen pide clemencia. Un día, Karen pasa por la casa del verdugo, y le pide cortar sus pies con su hacha. Lo hace, pero los pies amputados de Karen con sus zapatillas rojas siguen bailando. El verdugo le da un par de pies de madera y muletas para poder caminar. Pensando que ella ha sufrido bastante por las zapatillas rojas, Karen decide ir a la iglesia a pedir perdón. Karen consigue un trabajo como sirvienta en la casa parroquial, pero cuando llega el día domingo no se atreve a ir a la iglesia y permanece encerrada en su habitación a orar a Dios. Vuelve a aparecer el ángel de nuevo, que ahora lleva un ramo de rosas, y le da la misericordia. Karen se encuentra un milagro en la iglesia, sin saber exactamente donde fue traído por el ángel o la misma iglesia que está "viniendo de ella." Su corazón está tan lleno de alegría, y su alma vuela inmediatamente al cielo, donde nadie pregunta por las zapatillas rojas.
