Biblioteca Virtual Fandom

Ya somos la novena Comunidad en español más grande de FANDOM, te invitamos a que colabores en nuestra comunidad y contribuyas a que sea más grande. ¡Gracias a todos los que nos leéis y lo habéis hecho posible!

LEE MÁS

Biblioteca Virtual Fandom
Archivo:9788804568438-it.jpg

L'uceellino che parla es un cuento popular italiano recopilado por Vittorio Imbriani, que Italo Calvino incluyo en la colección Fiabe italiane bajo el título L'uccel bel-verde (Trad: El Pájaro Belverde).

Sinopsis[]

Un rey entrometido tiene por costumbre salir por las noches y colocarse debajo de las ventanas para oír lo que sus súbditos hablan. Una noche se coloca debajo de la terraza de una casa en el campo dónde viven tres hermanas, y oye decir a la mayor que, si llegase a casarse con el panadero del rey, en un solo día sería capaz de hacer todo el pan que la Corte tarda en comerse en un año; a la segunda decir que si llegase a casarse con el vinatero del rey, embriagaría con un solo vaso de vino a la Corte entera; y a la menor decir que, si llegase a casarse con el mismísimo rey, le daría tres hijos, dos varones blancos como la leche y rojos como la sangre con los cabellos de oro, y una niña blanca como la leche y roja como la sangre y con los cabellos de oro y una estrella en la frente. El rey regreso a palacio y al día siguiente ordeno que las tres hermanas hicieran acto de presencia ante él. Las tres hermanas fueron con miedo, pues no sabían por qué razón el rey podría haberlas convocado, pero el rey solo las pidió que repitiesen lo que habían dicho la noche anterior en la terraza de su casa. Las hermanas lo hicieron, y el rey caso a la mayor con su panadero, a la mediana con su vinatero, y tomo por esposa a la menor.

Al ver que su hermana pequeña se había casado con el rey, y ellas dos tenían conformarse con un panadero y un vinatero, las dos mayores se llenaron de envidia. La oportunidad perfecta para arruinar la suerte de su hermana llegó cuando la esposa del rey se quedo embarazada y el rey tuvo que partir a luchar contra su primo en la guerra, dejando a su esposa al cuidado de sus cuñadas. Durante la ausencia del rey la reina dio a luz a un niño blanco como la leche y rojo como la sangre, con los cabellos de oro, y sus hermanas lo sustituyeron en la cuna por un mono y se lo dieron a una vieja para que se deshiciese de él. La vieja metió al bebé en un canasto y lo arrojo al río, dónde tuvo la suerte de ser recogido por un barquero, quién al ver el precioso niño que había dentro se lo llevo a su casa para criarlo junto a su mujer. Mientras, las hermanas le mandaron a una carta al rey diciendo que su esposa había dado luz a un mono, y el rey al volver se mostro menos afectivo con su esposa. Resulta que la reina volvió a quedarse embarazada, y el rey tuvo otra vez que ir a la guerra, pues su primo había vuelto a declarársela. La reina dio a luz a otro niño blanco como la leche y rojo como la sangre con los cabellos de oro, que sus hermanas sustituyeron en la cuna por un perro y se lo dieron a la bruja, que lo arrojo al río metido en una canasto como a su hermano, y al igual que a su hermano fue encontrado y adoptado por el mismo barquero. La tercera vez que la reina se volvió a quedar embarazada, la tercera vez que el rey tuvo que irse a la guerra a combatir contra su primo. Durante la ausencia de su esposo la reina dio a una luz a una niña, blanca como la leche y roja como la sangre, con los cabellos de oro y una estrella en la frente. Sus perversas tías sustituyeron a la niña en la cuna por un cachorro de tigre y se la dieron a la vieja, que la tiro al río metida en un canasto, que encontró el barquero que había adoptado a sus hermanos. Cuando las dos hermanas de la reina mandaron al rey una carta contándole que su esposa había dado a luz a un tigre, recibieron como respuesta del rey que podían hacer con su hermana lo que quisieran, con tal de que él no tuviera que volver a verla al regresar a palacio. Las hermanas emparedaron a la reina en las bodegas de palacio, dejando solo su cabeza al descubierto, y todos los días la llevaban un trozo de pan para comer y agua para beber, y cada una le daba una bofetada. Al volver el rey de la guerra, nadie volvió a mencionar a la reina.

Mientras el barquero y su mujer habían descubierto que los cabellos de sus hijos adoptivos no es que parecieran de oro, es que eran de oro, y todos los días les cortaban un mechón a cada uno y se los vendían a los orfebres. Gracias a ello el barquero logro amasar una gran fortuna, y antes de que él y su esposa murieran hizo construir en frente del palacio del rey uno más grande en el que sus hijos vivirían a partir de entonces. El barquero y su mujer murieron, llevándose a la tumba el secreto del verdadero origen de sus hijos, que para entonces habían crecido hasta convertirse en atractivos jóvenes, y para que nadie supiera que sus cabellos eran de oro, llevaban la cabeza cubierta todo el día. Una mañana, creyendo que nadie los veía, se quitaron los sombreros y se pusieron en el balcón a cortarse el pelo. En cuanto la esposa del cocinero y la esposa del vinatero los vieron les entró la sospecha de que pudieran ser sus sobrinos, y decidieron ir a preguntar a la vieja que había hecho con los niños. Tras descubrir que la vieja los había arrojado al río metidos en canastos, se dieron cuenta que, efectivamente, eran sus sobrinos, y comenzaron a temer que la verdad fuese descubierta, especialmente cuando se enteraron que su cuñado el rey los había invitado a comer a palacio. Para impedir que asistieran, la vieja fue disfrazada de mendiga y se acerco a las verjas de su jardín a una hora del día en el que la hermana tenía por costumbre salir a admirarlo. Cuando la vieja la oyó decir que en aquel jardín estaban todas las maravillas del mundo, la vieja le dijo que le faltaba el Agua que baila. La hermana quiso preguntar dónde se encontraba, pero la vieja ya se había desvanecido, y la muchacha e quedo sola, muy triste pensando que le faltaba a su jardín el Agua que baila. Sus hermanos al verla la preguntaron que la pasaba, y ella les dijo que a su jardín le faltaba el Agua que baila, pero que no sabía dónde podía encontrarse. El hermano mayor decidió entonces salir a buscarla, y antes de marcharse le dio a su hermana un anillo mágico, que si su piedra cambiaba de color significaba que había muerto. Tras galopar un buen trecho el joven se encontró con un ermitaño, que cuando se entero de que buscaba el Agua que baila, le dijo que aquella era una búsqueda muy peligrosa, pero como el joven no se dejaba intimidar por sus advertencias, el ermitaño le contó dónde podía encontrar el Agua que baila, y lo que debía de hacer para conseguirla. El Agua que baila se encontraba en un palacio en la cima de una montaña, vigilado por cuatro gigantes y cuatro leones, que estaban con los ojos cerrados, pero el joven no debía de fiarse, y tenían que esperar a que tanto los gigantes como los leones abriesen los ojos para pasar. El joven encuentra el palacio, y siguiendo las instrucciones del ermitaño accede al interior del palacio sin sufrir daño alguno, dónde encuentra el Agua que baila, que el joven guardo en una botella antes de marcharse. En cuanto llegó a su casa colocaron dos aljofainas de oro en el jardín, en la que vertieron el Agua que baila, que se puso a saltar de una aljofaina a otra. Apareció entonces el rey, preguntando por qué no se habían presentado en palacio, pero cuando le explicaron que era porque uno de los hermanos había salido a buscar el Agua que baila, y se la enseñaron, el rey les felicito por la nueva adquisición y los volvió a invitar a comer a palacio, invitación que los hermanos aceptaron. Sus pérfidas tías, cuando se enteraron que no solamente su sobrino había logrado regresar de su viaje con vida, sino que además había regresado con éxito, y su cuñado había vuelto a invitarlos, volvieron a mandar a la vieja, quién disfrazada de mendiga se coloco junto a la verja del jardín y espero a que la hermana saliese para afirmar que en su jardín no le faltaba nada, momento en el que la anciana le contesto que le faltaba el Árbol que canta, antes de desaparecer sin decirla si quiera dónde se encontraba tan prodigioso árbol. La hermana fue a decirle a sus hermanos que, si de verdad la querían, le traerían el Árbol que canta. Esta vez va el hermano pequeño, que se encuentra de nuevo con el ermitaño, que le dice que el Árbol que canta esta en el mismo palacio que el Agua que baila, y que para conseguirlo solo tiene que seguir las mismas instrucciones que su hermano mayor siguió. El hermano menor a sí lo hace, y cuando llega al Árbol que canta arranca la rama más alta y se la lleva a casa, dónde la plantan en el jardín y echa raíces.

El rey, al ver que los jóvenes que viven en el palacio en frente del suyo llevan ya dos veces diciendo que van a visitarle a palacio, para luego no presentarse en la fecha acordada, va a preguntarles por qué, pero en cuanto ve que escucha las melodías que produce el Árbol que canta se le pasa el enfado y los vuelve a invitar. Las tías vuelven a mandar a la vieja, que le dice a la hermana que solo le falta obtener el Pájaro Belverde para tener en su jardín todas las maravillas del mundo. Cuando la hermana les pide a sus hermanos que vayan a buscar y traerla el Pájaro Belverde, el mayor se ofrece a ir y parte. Por el camino vuelve a encontrarse con el ermitaño, que le advierte que el Pájaro Belverde se encuentra en un jardín repleto de estatuas de mármol, que son los caballeros que al igual que él salieron en busca del prodigioso pájaro y no regresaron. Para evitar sufrir el mismo destino, el joven no debe de responderle a nada de lo que el pájaro le diga. El joven llega al jardín, que está lleno de estatuas de mármol y con centenares de pájaros volando. Uno de ellos, el Pájaro Belverde, comienza a hablar, y en cuanto menciona que la madre del joven sigue viva pero emparedada, el joven responde y se convierte en estatua. En ese momento la hermana se da cuenta de que a su hermano ha debido de ocurrirle algo, pues la piedra del anillo ha cambiado al color azul. El hermano menor parte en su busca, y se encuentra con el mismo ermitaño, que le advierte de lo mismo que a su hermano, pero aún así sufre el mismo destino. La hermana, al ver que la piedra del anillo se volvía de color negro, se vistió con ropajes de caballero, y llevándose consigo una redoma llena del Agua que baila y una rama del Árbol que canta, partió. En el camino se encontró con el ermitaño, que le explico lo que tenía que hacer para no acabar convertida en estatua de mármol al igual que sus hermanos, y lo que tenía que hacer para liberarlos a ellos y a todos los caballeros que habían sido trasformados en estatuas. Al llegar al jardín dónde se encontraban el Pájaro Belverde y sus hermanos petrificados, la joven no respondió a nada de lo que el Pájaro Belverde le dijo, ni siquiera cuando mencionó a su madre. Aprovechando un momento en el que el pájaro se le acerco mucho la muchacha le arranco una pluma de las alas, la mojo en el Agua que baila, y con la punta rozo la nariz de todos aquellos que habían sido convertidos en estatuas, devolviéndolos a la vida. Una vez capturado el pájaro, los tres hermanos, acompañados de todos los caballeros que habían liberado, se marcharon del palacio, que desapareció por arte de magia.

Al ver que los hermanos habían regresado con el Agua que baila, el Árbol que canta y el Pájaro Belverde, y acompañados de todo un séquito de caballeros, el rey los invito a su palacio. La hermana asistió llevando al Pájaro Belverde en el hombro, y cuando fueron asentarse todos a la mesa, el pájaro no paro de repetir que aún faltaba alguien, hasta que mencionaron por fin a la reina, que aún estaba viva. El rey ordeno que sacaran a la reina de su prisión, y su hija le dio el Agua que baila para recuperarse. Cuando por fin se sentaron a la mesa, el pájaro advirtió a los hermanos de que comieran solamente de los platos que él picoteara, ya que sus tías habían envenenado la comida. Comiendo solo de los platos que el pájaro les indicaba, los hermanos evitaron morir envenenados. Al terminar el banquete el rey sugirió que el Pájaro Belverde contase una historia, y el Pájaro revelo al rey que los tres hermanos eran sus tres hijos. Para demostrarlo, los tres hermanos se descubrieron la cabeza, revelando sus cabellos de oro. Entonces el pájaro les conto a todos los presentes como las malvadas hermanas de la reina habían intentado eliminarlos, y una vez reveladas todas sus fechorías, el rey pidió perdón a su mujer y dio permiso al pájaro para pronunciar la sentencia. El Pájaro Belverde condeno a las hermanas a morir en la hoguera, y que a la vieja que las había ayudado que la tirasen por la ventana.

Citas[]

Galería[]

Ver también[]