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Filo d'Oro es un cuento popular italiano recopilado por Domenico Comparetti.

Italo Calvino incluyo el cuento en su colección Fiabe italiane con el título Filo d'Oro e Filomena.

Sinopsis[]

Un zapatero tiene una hija llamada Filomena (solamente en el texto de Calvino, en la versión original de Comapretti no se dice su nombre). Un día su madre la manda a casa del hortelano a comprar col para la sopa, pero la advierte de que no coja brezos en vez de coles. Filomena va al huerto y, al ver que el hortelano no está en casa, va a coger la col ella misma, pero se equivoca y en su lugar coge un brezo. Después de ja el dinero dónde estaba el brezo, pero en cuanto la moneda toca el suelo se abre un ventanuco de cristal, del que surge un bello muchacho que le pide a la hija del zapatero que venga con él. El joven conduce a la muchacha a un recinto subterráneo, dónde le revela su nombre, Filo d'Oro, la entrega un saco de monedas y la dice que, para volver a verlo, solo tiene que arrancar del huerto un brezo, que crece todos los días en el mismo sitio, y depositar una moneda, como hizo antes, pero tiene que tener cuidado, ya que solo ella puede verle, pues él es el hijo de una ogresa, que quería que se casase con una princesa, pero que las hadas habían profetizado que su esposa no sería hija de un rey sino de un zapatero. Furiosa con aquella profecía, la ogresa maldijo a su propio hijo, condenándolo a que solo pueda ver a una mujer, y si otra llega a verlo, morirá.

Filomena vuelve a casa y le cuenta a sus padres lo ocurrido, pero la madre de Filomena se empeña en averiguar que aspecto tiene Filo d'Oro. Su hija la dice que no puede verlo, pero ella insiste, diciendo que, si no puede verle la cara, que al menos le enseñe por dónde se asoma. Filomena le enseña elh huerto, y después la manda que se vaya, pero en vez de marcharse, la madre se esconde detrás de un nogal, para espiar. Filomena tira de la breza y coloca la moneda sobre el ventanuco, pero como Filo d'Oro no se asoma, la madre se impacienta y tira una nuez, rompiéndolo. Aparece entonces Filo d'Oro, con expresión de enfado, y después desaparece. El brezo vuelve a crecer, pero ahora es imposible arrancarlo. La muchacha sale en busca de su amado, hasta que cae la noche y se acuesta a los pies de una encina, dónde escucha a un paloma y a una paloma cantar, anunciando la muerte de Filo d'Oro, que murió al ser visto por otra mujer que no era Filomena, la esposa del zapatero. Pero, para revivir a Filo d'Oro, solo habría que matar a las dos palomas, quemarlas y frotar las cenizas contra él. Filomena espera a que las dos palomas se duerman, las captura, las mata y divisa una lucecita a lo lejos. Filomena sigue la luz y encuentra una cabaña, en la que llama para pedir que la dejen pasar a quemar las palomas. La dueña la casa, que es un hada, la deja pasar y además la entrega un canasto de higos. Filomena sigue su camino hasta llegar a la casa de la madre de Filo d'Oro, que está hilando en la ventana, y ha dejado el hilo colgando. Filomena ata un higo al extremo del hilo. La ogresa, en cuanto ve el higo, se lo come y pide que la persona que ha atado el higo a su hilo se muestre, pero Filomena se niega a mostrarse hasta que la ogresa no la prometa por el alma de su hijo Filo d'Oro que no se la comerá. La ogresa invita a Filomena a pasar, pero en cuanto la ogresa se entera de quién es Filomena, la arrebata las cenizas, revive a su hijo y lo encierra bajo tierra para que los dos amantes no puedan verse, además de acordar la fecha para la boda de su hijo con la princesa. Las hadas, cuando se enteran, maldicen a la princesa, que el día de la boda se abra el suelo y a la princesa se la tragué la tierra.

Mientras la ogresa se ve obligada a tener a Filomena en su casa como sirvienta, y se pasa el tiempo buscando formas de deshacerse de la muchacha. Un día la dice que tiene que llenar de plumas de pájaro cinco colchones en veinticuatro horas, pero Filo d'Oro, que consigue escaparse de la prisión subterránea en la que su madre le ha encerrado, adoptando la apariencia de otra persona, se presenta delante de Filomena y se ofrece a ayudarla a cambio de un beso. Filomena rechaza darle un beso, pero Filo d'Oro aún así la ayuda a llenar los cinco colchones. La ogresa manda entonces a Filomena a la Montaña del Esparcimiento a pedirle a su tía una caja, con la excusa de que no tienen músicos para la boda de Filo d'Oro y la princesa. De camino a la montaña Filomena se encuentra otra vez con Filo d'Oro, al que no reconoce por qué está disfrazado, por eso no se niega a darle un beso cuándo se lo pide, a cambio de darle información para conseguir la caja y volver sana y salva. Aunque Filomena se niega a darle el beso, Filo d'Oro la dice lo que tiene que hacer, y le da una pala, que necesitará más tarde. Continuando su camino, Filomena pasa por el Río de las Serpientes, el Río de Sangre y el Río de Bilis, que consigue la dejen pasar, comentando que el Río de las Serpientes parece un río de macarrones, el Río de la Sangre vino, y el Río de Bilis leche. En la casa de la hermana de la ogresa Filomena se encuentra con una muchacha de su edad, a la que la ogresa obliga a sacar tres veces al día pan del horno con las manos desnudas. Filomena le da a la muchacha la pala para que no tenga que volver a hacerlo, y en agradecimiento la muchacha le da la caja de música de la ogresa.

Filomena huye de la casa de la ogresa con la caja, y la ogresa, al darse cuenta de que su caja no esta, ordena a los ríos de Bilis, Sangre y Serpientes que no la dejen escapar, pero ninguno quiere hacerla daño por sus palabras amables. Ya lejos del alcance de la ogresa, a Filomena le entra curiosidad de saber que hay en el interior de la caja, y la abre. En cuanto levanta la tapa, la música y el canto desaparecen. Aparece entonces Filo d'Oro, disfrazado de nuevo, y se ofrece traer el canto y la música de vuelta a la caja, a cambio de un beso. Como aún no reconoce a Filo d'Oro, Filomena se niega a dárselo, hasta que Filo d'Oro muestra su verdadero aspecto. En cuanto lo reconoce, Filomena lo cubre a besos, mientras que el canto y la música vuelven a la caja. Filo d'Oro le dice a Filomena que tenga paciencia, que en tres días estarán casados, y Filomena regresa a casa de la ogresa. Tres días más tarde se celebra la boda de Filo d'Oro y la princesa, y la ogresa ordena a Filomena sea la candelera. Filo d'Oro no se pone a la boda, tan solo pide que se celebre la ceremonia a medianoche. La noche de la boda, cuando se dan las doce campanadas, el suelo de la iglesia se abre y la tierra se traga a la princesa. Con la princesa desparecida, Filo d'Oro coge a Filomena de la mano y la desposa.

Pero la ogresa no está dispuesta a dejarlos estar juntos y ser felices, por lo que echo a Filomena una maldición. Filomena no podrá alumbrar a su hijo sin morir, a menos que la ogresa no vuelva a llevarse las manos a la cabeza. Pasado un tiempo, Filomena va a tener un hijo, y Filo d'Oro, para romper el maleficio de su madre, manda a su esposa a casa de la ogresa vestida de luto. Cuando la ogresa la pregunta por que esta de luto, Filomena responde que Filo d'Oro ha muerto. Nada más oírlo la ogresa se lleva las manos a la cabeza, rompiendo el maleficio. Filomena da a luz a su hijo sin problemas, y Filo d'Oro por fin hace las paces con su madre, que le su bendición a la joven pareja y a su nieto recién nacido.

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