Fetiche arumbaya perteneciente a una tribu salvaje de América del Sur, los arumbayas, al que faltaba un pedacito de su oreja derecha. Este tótem fue robado del museo etnográfico donde se exponía, ya que en su interior albergaba un extraordinario diamante. Tras su pista, Tintín llegó a Sudamérica, incluso hasta la misma tribu de los arumbayas, pero sin éxito. De vuelta a Europa logró recuperar el fetiche, aunque no el diamante, que se perdió para siempre en las profundidades marinas.
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