Fanta-Ghirò, persona bella es un cuento popular italiano recopilado por Gherardo Nerucci, que escucho de Luisa, la viuda de Ginnani.
Italo Calvino incluyo el cuento en la colección Cuentos populares italianos.
Sinopsis[]
Un rey no tienen hijos varones, tan solo tres hijas, llamadas Carolina la mayor, Asuntina la mediana y Fanta-Ghirò la pequeña, que era la más bonita. El rey se acostumbraba a pasar los días encerrado en sus aposentos, en los que había tres sillas. La primera era de color celeste, en la que si se sentaba significa que se avecinaban tiempos de alegría; la segunda era de color negro, en la que si se sentaba significaba que se avecinaba una muerte; y la tercera era de color rojo, y cuando se sentaba en ella significaba que se avecinaban tiempos de guerra. Un día las tres princesas ven a su padre sentado en ese último, y alarmadas le preguntan a su padre que es lo que sucede. El rey le explica a sus hijas que ha recibido una carta del rey del reino vecino, declarándole la guerra, y se lamenta de no poder ir a comandar a sus tropas por culpa de su carácter enfermizo. Carolina, la mayor, se ofrece voluntaria para ir ella en su lugar, y cuando su padre le responde que esas no son cosas de mujeres, la princesa pide a su padre que la ponga a prueba. El rey termina por aceptar y manda a Carolina acompañada por Tonino, su escudero de confianza, al que da la orden de traer a su hija de vuelta a casa en cuanto hable de cosas de mujeres. La princesa Carolina se aguanta durante el camino hasta que ve unas cañas, que le parecen tan bonitas que no puede evitar comentar las bonitas ruecas que se podrían hacer con ellas. En cuanto Tonino la oye ordena a todos los jinetes que den media vuelta. Asuntita se ofrece entonces como voluntaria, y el rey acepta ponerla a prueba, bajo las mismas condiciones que su hermana. Por el camino, al pasar junto al cañaveral, Asuntita se mantiene callada, pero en cuanto pasa al lado de unos palos, al fijarse en lo delgados y derechos que son, le comenta a Tonino los husos que podrían hacer con ellos, y al oír a la princesa el escudero ordena a todas las tropas dar otra vez media vuelta. Fanta-Ghirò entonces se presenta ante su padre le pide que la deje ir, pero este se niega, al ser ella la más pequeña, pero ella tanto insiste que el rey termina por ceder, poniendo las mismas condiciones que les había puesto a sus dos hermanas mayores. Antes de partir Fanta-Ghirò se pone una armadura apropiada para el combate, y durante el camino pasan por delante de las cañas y de los palos, pero Fanta-Ghirò permanece impávida.
Cuando llegan a la frontera, la princesa pide hablar con el rey, quién resulta ser un apuesto joven. En cuanto ve a Fanta-Ghirò el rey se enamora de ella, y empeñado en que el general que se ha presentado en frente de él es una moza y no un mozo, la invita a palacio. Nada más llegar el rey corre a decirle a su madre lo mucho que el general del reino vecino parece una doncella, y lo hermosa que le resulta. Para confirmar las sospechas de su hijo, la reina madre le manda que lleve al general a la armería, pensando que, si de verdad es mujer, Fanta-Ghirò no mostrara el más mínimo interés por las armas. El rey lleva a Fanta-Ghirò a la armería, y ella blande todas las espadas y abre todos los fusiles y pistolas, para ver dónde se cargan. A pesar del interés que muestra Fanta-Ghirò por las armas, el rey de dice a su madre que sigue empeñado en que ella debe de ser doncella y no doncel. La reina le dice entonces que la lleve a ver los jardines. Si es mujer, cogerá una rosa o una violeta y se la prenderá al pecho; si es hombre, cogerá un jazmín y se lo pondrá en la oreja. El rey lleva a Fanta-Ghirò al jardín, y ella coge un jazmín, lo olfatea, y se lo coloca detrás de la oreja. El rey se lo cuenta su madre, pero le confiesa que él sigue enamorado de ella, y empeñado en la idea en que el general es una doncella en realidad. La reina entonces le dice a su hijo que someta a Fanta-Ghirò a una última prueba: que la lleve a bañarse con él a la piscina del jardín, y si no acepta, es que ella es doncella. Para sorpresa del rey, cuando la invita ella acepta, aunque pide que vayan mañana por la mañana. En cuanto se queda a solas con Tonino, le pide que se vaya de palacio y vuelva al día siguiente con una carta que lleve el sello de su padre, en la que ponga que su padre se encuentra mal, y que quiere que regrese con él. Tonino se marcha, y al día siguiente el rey y Fanta-Ghirò se van a la pisicina. El rey se desviste y se zambulle primero, mientras que Fanta-Ghirò espera a que Tonino aparezca con la carta. Al principio parece que el escudero no llega, y Fanta-Ghirò, ante las insistencias del rey de que se desnude y se meta en el agua, finge no encontrarse bien, pero el rey no la cree. Cuando parece que está a punto de ser descubierta, Tonino llega con la carta, que en cuanto la lee Fanta-Ghirò le dice que tiene que irse y se marcha, dejando al rey solo y desnudo en la piscina.
Antes de irse, Fanta-Ghirò tuvo que pasar por el aposento a recoger sus cosas, y encima de la cama dejo una carta, en la que confirmaba todas las sospechas de rey. En cuanto la encuentra y la lee el rey se pone muy contento y se sube a la carroza, para ir a buscar a Fanta-Ghirò. Mientras la princesa ya ha regresado al reino de su padre y le cuenta que ha logrado frenar los planes de invasión del rey enemigo. Aparece entonces el rey en su carroza, quién le pide matrimonio a Fanta-Ghirò. Ella aceptan y se casan, y cuando muere el padre de Fanta-Ghirò ella hereda el reino.
Citas[]
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Adaptaciones[]
Ver también[]
- Los doce cazadores, cuento popular alemán recopilado por los hermanos Grimm.
- El bosque de ajos, cuento de Il Pentamerone de Giambattista Basile.
- El dragón y la yegua mágica, cuento popular italiano recopilado por Domenico Comparetti.
- Flor de Mar, cuento popular italiano recopilado por Domenico Comparetti.
- La princesa que fingía ser un doncel, cuento popular rumano recopilado por Petre Ispirescu.
- El león y Angelina, cuento popular español recopilado por Aurelio de Llano Roza de Ampudia.