The Witches' Song[]
“Desde las sombras de la imaginación, donde el miedo y la fascinación se entrelazan, emerge “El canto de las brujas”. Esta novela del autor Marcos Orowitz, es un tributo oscuro y despiadado al maestro del terror, Edgar Allan Poe, nos sumerge en un mundo donde la línea entre la realidad y la ficción se desvanece como la niebla de un cementerio al amanecer. En las páginas de esta obra macabra, las noches de Halloween cobran vida con una intensidad inquietante. Los espíritus del ejército del mal, liberados de sus cadenas etéreas, festejan en un desfile grotesco de horror y poesía. La oscuridad, como un depredador astuto, se cierne sobre los incautos, aprovechándose de las debilidades humanas para alimentarse de su energía vital. Con cada capítulo, el lector se adentra más en este laberinto de terror, donde revelaciones inauditas y pactos satánicos se revelan bajo la luz mortecina de la luna. Rituales con recién nacidos y cadáveres que se amontonan en los cementerios son solo el preludio de una regla inquebrantable. “El canto de las brujas” no es solo una novela; es una experiencia que desafía la percepción y juega con el miedo más primitivo. Prepárate para una lectura que no solo te hará cuestionar la realidad, sino que también te robará el aliento con su crudeza y belleza poética. Y ahora, te enfrentas a una pregunta inesperada: ¿Qué demonios insinúa este personaje al mencionar que Jesús forma parte de una novela de terror? Déjame decirte que el autor conoce en detalle lo que ese nombre representa para las regiones celestes y las huestes de maldad. Si deseas descubrirlo, te invito a adentrarte en estas historias unidas y adaptadas a una novela que te llevará a través de un viaje tan oscuro como revelador.”
Pequeño fragmento poético
Los vientos, en su furia huracanada, azotan la bahía con una violencia tal que los habitantes de la ciudad, temiendo lo peor, se esconden de la muerte. Huyen despavoridos a sus hogares, donde el terror se apodera de aquellos que protegen a sus hijos. Algunas almas devotas colocan cruces y hojas de olivo en sus puertas, junto con sangre de cordero y agua bendita. Otros se reúnen en vigilia dentro de la catedral, pasando la noche en oración junto al cura, implorando piedad al Altísimo. La oscuridad se cierne sobre ellos, y detrás de ella, los devoradores de corazones emergen del fondo del mar, arrastrándose como animales sedientos de sangre hasta la costa. En un instante, se desprenden de sus cuerpos y toman la figura humana avejentada de unas viejas. Son recibidas por los suyos, quienes las envuelven en mantas y las preparan para la gran celebración.
Cada 31 de octubre, un grupo de ancianas de una comunidad gitana se reúne para una celebración a orillas del mar Caspio. Todos los espíritus del Norte, del Sur, del Este y del Oeste están invitados a esta ceremonia. Las viejas gitanas encienden una fogata con maderas de olivo, adornando la escena con velas de carbón, rojas y negras, colocadas dentro de cráneos de niños que el mar devoró y que las olas trajeron a la costa. Treinta y tres huesos púbicos, pertenecientes a jóvenes vírgenes minuciosamente seleccionadas de entre los cadáveres de los cementerios de todo el mundo, forman una pequeña senda. Saben perfectamente que ninguno de estos tejidos esqueléticos perteneció a una consagrada de la cruz.
Ellas vierten en sus pies pequeñas gotas de sangre que, hace algún tiempo, fluían en las venas de algún vicario del Altísimo. Sobre la arena, danzan y cantan con algarabía, formando una ronda alrededor de las llamas, invocando la presencia del caballero de la noche, el guardián de los deseos humanos. Y justo antes del amanecer, desde lo alto, se desprende de las regiones celestes. Una misteriosa estrella resplandeciente ilumina el cielo oscuro de la noche. A gran velocidad, como un orbe de luz envuelto en un remolino de fuego, desciende desde lo alto una figura imponente con semejanza de hombre.
— ¡Oh, Lucero, hijo de la mañana!
Colocaste tus pies por encima del fuego, haciendo que la brisa de las llamas se sumergiera en tu cuerpo, sin siquiera acariciar tus vestiduras blancas. Te incorporas a la ceremonia lentamente y tu rostro perfecto ilumina la escena. Eres semejante a la juventud eterna, con la piel tersa de un niño, el nacimiento de una flor en la naturaleza de la primavera. En tu mirada cautivadora, que llena de vida tus ojos azules cristalinos, ondea la libertad de los pueblos que fueron prisioneros del Altísimo.
El sonido del silencio y toda manifestación natural producida por el mar, los animales nocturnos y la misma naturaleza de esta tierra se conmueven y rinden al sigilo. Un aura te ilumina por completo, emanando desde tu interior. Tus palabras son profundas y tu voz muy suave. Cuando caminas, tus pasos son tranquilos y pausados. Tu aroma sugestivo, semejante a la fuerza pura del agua con la frescura de los cítricos, impregna con su estela toda la costa. Misteriosamente, un sinfín de luciérnagas te recibe, alumbrando tu camino. Eres el señor de los sueños, el príncipe de este mundo, el primer y último admirador de la humanidad.
Aquel que fue despreciado por ser merecedor de tanta belleza y rebelión, provocando con su insolente talento a la figura de Dios, al compartir con los hijos de los hombres todo su conocimiento. Su inteligencia lo mantuvo a salvo por millones de milenios, antes y después de la fundación del mundo, cuando el solemne creador decidió poner fin a las criaturas imperfectas de la tierra. Nadie lo sabe fuera de las regiones celestes, nadie es perfecto y su creación lo demostró, solo que tanta omnipotencia jamás se permitió ser cuestionada.
Las viejas brujas, en un acto de respeto y sumisión, se arrodillan y jamás levantan sus miradas hasta que él se los permite. Dotado de autoridad y reconociendo aquellos rostros avejentados, coloca sus manos sobre las cabezas de sus colaboradoras. En ese instante, grandes escamas se desprenden de sus cuerpos desnudos, cayendo como gusanos que buscan refugio en el fuego. La muerte les produce un dolor incomparable, un martirio tan intenso que sus agrietados huesos se quiebran por completo. Convulsionan, se revuelcan y colapsan abruptamente sobre la arena. Luego, con autoridad, él les ordena mantener la calma y, de manera sorprendente, como una especie de metamorfosis que desafía los límites de la naturaleza humana, cada una de ellas es envuelta por un halo de luz desde la mollera hasta los pies. Nacen nuevas figuras, vuelven a ser hermosas y jóvenes doncellas, semejantes a un cuento de princesas y hadas.
Las jóvenes doncellas emprenden un viaje sobre la faz de la tierra con una tarea que deben cumplir. Saben perfectamente que es su última oportunidad y que, si fallan, las espera un tropel enardecido de demonios que las arrastrará al vientre de la tierra, donde serán encerradas eternamente en las mazmorras del infierno. Luego de someterlas a múltiples castigos, serán desplazadas a la arena del circo del placer, para ser tratadas como bufones y así alegrar a los principados y potestades que gobiernan desde la maldad de los hombres en la tierra, aquellos que están a cargo de los ejércitos del mal y que reciben a menudo obsequios de parte de su rey.
Ellas conocen muy bien las debilidades de los hombres en lo más profundo de sus corazones y saben cómo seducirlos. Los cautivan con su encanto y belleza, arrastrando multitudes enfermas de dolor y arrojándolos moribundos a las fosas de la muerte, donde los esperan la soberbia, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza. Un combo de placer irresistible se presenta ante las puertas del corazón y los deseos de la carne, que desmesuradamente buscan saciarse con total impunidad, escondiéndose de la figura perturbadora y amenazante de un Dios que simplemente los ama y de la misma forma los condena. ¡Todos quieren probar y nadie quiere morir aceptando aquella premisa!
Algunos valientes se suman a las listas y se embarcan en un viaje de ida al final de la materia. Otros, con mucha desesperación, entregan su conciencia y su alma por un puñado de billetes. Pero los más desafortunados son los esclavos de las adicciones; ellos solo son el producto vacío de una mala decisión.
La eterna indiferencia del mundo hacia la vida es incomparable. A nadie le importa una mierda, por eso la maldad siempre está un paso adelante. Las jóvenes doncellas arriban a la ciudad envueltas en la piel de un cuervo. Entran por un hueco que se abre camino en el techo de la catedral, en los orfanatos, en los geriátricos y en los grandes hospitales. En todos y cada uno de aquellos recintos, inician una ronda tomadas de la mano e invocan la canción preferida de su amo, haciendo un llamado a los príncipes del Norte, del Sur, del Este y del Oeste, para que liberen a los demonios soldados apostados en los lugares más recónditos de la tierra.
Entonces, de manera sobrenatural y dentro de las regiones espirituales, empiezan a ingresar un centenar de demonios, aceptando la invitación a la ceremonia. Se preparan para arrastrar al infierno a la mayor cantidad de almas posibles. Se ciñen para la guerra, un ejército muy unido, sin diferencia alguna entre ellos. Al ver que el ejército del titiritero baja la defensa para proteger a sus ministros pedófilos y ladrones, se lanzan sobre ellos como el águila a su presa, despedazándolos por completo. Los sobrevivientes de la luz huyen con el ocaso, y todos los hijos del Altísimo se reúnen frente al mar para perderse en las profundidades de las aguas, donde serán recogidos más tarde por las tempestades que azotarán con violencia las costas de la humanidad..."Consigue el libro"
“El canto de las brujas” fue publicada el 30 de Julio del 2024 por la editorial Vibras y está disponible en una variedad de formatos para satisfacer las preferencias de todos los lectores, incluyendo E-book, audio y papel de 209 paginas, La novela ha trascendido fronteras, con traducciones a 25 idiomas, lo que refleja su alcance global y permite a una audiencia internacional experimentar este viaje a través del terror psicológico de la mano de Martina olivera y Marcos orowitz”