
Dekhalyón, crónicas de Ornella I es una novela escrita por Miguel Alpire Gonzales.
Ambientación de la obra[]
Su obra se encuentra ambientada en el "Universo Arrkhoménico" que es como el propio autor denomina el ámbito atmosférico en la que se desenvuelve la trama de su obra, pues gira en torno a inmemoriales dioses de otras eras llamados arrkhómanhos los cuales, según nos relata su obra, habitaban en los mundos celestes de esos tiempos. De ahí que "Las Crónicas de Ornella", nos remonta al principio de los tiempos, en cuyo enrevesados versos pragmáticos nos ilustra en cierto modo, cómo era la vida en los mismos comienzos del propio universo.
«Después de que los ancestrales dioses Creadores habían tejido la red de sistemas planetarios por toda el cosmos, los nuevos mundos aún presentaban estados primigenios». Añade y prosigue, señalando que la superficie de aquellos mundos estaban por entonces conformadas por extensas e inhóspitas regiones volcánicas, interminables planicies calcáreas; cuya sola visión semejaban inmensos lienzos cubriendo el orbe en toda su extensión. Nos cuenta que, en aquellas blanquecina textura se hallaban finamente plasmados esbozos inacabados de lo que hoy son los mundos que conforman el universo, añade que, con el transcurrir del tiempo, éstos esbozos fueron retocadas por prodigiosas manos artísticas, manos de consagrados artificieros que culminaron la "gran obra" de la creación.
Uno de aquellos sistemas, según estas antiguas crónicas, era ZhionÔvhaal, el único sistema solar conformado por sendos planetas telúricos, regentados todos ellos por el astro más brillante en aquel lejano contexto, Zet’Zonynn le llamaban los otros astros, "el terrible anunciador de los días”. Dice aquí que, por entonces, en su órbita más alejada giraba Kal’Laydhan, un planeta oceánico poblado de una diversidad de seres amorfos jamás contemplado por ojo humano alguno, en cuyo contraste, mucho más próximo al centro gravitacional de aquel sistema planetario, se hallaba Antolhyá, planeta citónico hogar de los p’tyztas cuyo destino advierte, fue acabar abrazados en la marea de fuego que cada mañana despedía Zet’Zonynn al despuntar el alba.
Asegura que también que allí, se encontraba situada Avhrém, hogar de las más nobles de todas las deidades conocidas como: las morfháles, seguido de cuantos planetas estériles, circumbinarios, llameantes y gaseosos arrastraba consigo Zet’Zonynn en su eterno vagar por el universo, siempre acompañado con el orbitar de otros astros lunares conocidos por entonces como: Dýamonic, “la anunciadora de la tarde”, Maddy’Lung, “la anunciadora de la noche” y la venerable Amaterasu, la sublime “madre lunar” de los ensueños.
Pero, entre todos estos mundos afines, cargados todos ellos de fantásticas historias y leyendas destinados a perdurar en nuestra memoria,encontramos a DEKHALYÓN; el planeta más complejo y completo de todos, en cuyas paisajísticas regiones encontraremos al hombre; cuyas obras ensalzarán la grandeza de los Imponderables dioses. Y por cuyas atenciones estos mismos dioses, librarán inmemoriales batallas hasta consternar el universo por completo.
Resumen de la obra : Crónicas de Ornella I[]
Desde los comienzos de los albores de la vida, las sagradas doctrinas de los t’jarxýz, fueron los pilares en donde los inmortales sostuvieron el equilibrio de los mundos existenciales, doctrinas que se hallaban orientadas en hacer prevalecer la ENDOGAMIA entre todos ellos.
Ornella, una valiente cronista del universo, que sin saberlo lleva la sangre de los mortales, nos conducirá a través de sus crónicas a mirarnos en el espejo de las divinidades, a padecer junto a ellos sus glorias y sus penurias causadas precisamente por tan arraigados preceptos. Preceptos que los mismos fundadores del universo llegaron a quebrantar, que fueron motivos de duras controversias, de irreconciliables desacuerdos, desacuerdos que conllevaron a sangrientos y devastadores enfrentamientos; enfrentamientos que condujeron a la división del pensamiento, a la división de los territorios galácticos y por ende, a la deflagración del cosmos.
Ornella nos conducirá también hacia los remotos confines del universo llamado el Nexo, donde la luz se debate eternamente contra la oscuridad. El Nexo, un bastión de estrellas muertas, donde los antiguos soberanos del universo obligaron a morar a aquellos que “quebrantaron” el Orden establecido, propiciándose ellos mismos en aquel cruento acto, a sus más letales enemigos…sus propios hermanos, los tjarxýz’thyros.
Las Crónicas de Ornella, nos remontarán a una era llena de caos y desasosiegos, caminaremos entre disidentes y descontentos que pululan por los sombríos territorios de los mundos celestiales, acosados todos ellos por el rigor de aquellas medidas, atávicas medidas que llevarán a refractar la paz y los mundos. Presenciaremos cómo muchas valiosas vidas se perderán en nombre de tan vituperables preceptos, y muy a pesar de todo ello, nos daremos cuenta de que, allí, donde se constituye la vida, los dioses Mayores, aun continúan imponiendo con rigor sus inquebrantables dogmas, y con ello continúan propiciando cuantas cruentas guerras pueden recordarse a lo largo de la historia de la existencialidad en el universo.
Presenciaremos cómo, las civilizaciones celestes de los mundos dispersos por las constelaciones, llevarán sus conflictos a tal extremo que deflagrarán el espacio cósmico, en cuya consecuencia, muchos mundos se dispersarán debido a la gran “fuerza” xiónica que devastará y consternará el cosmos.
A partir de allí, acompañaremos a un grupo de seres celestiales –sobrevivientes de la gran devastación– en su vagar errante por el espacio infinito, a asistir a la última gran batalla por su supervivencia antes de alcanzar un remoto y misterioso planeta llamado DEKHALYÓN.
Gracias a las crónicas de Ornella, conoceremos el esplendor y la decadencia de la nueva civilización que sembraran los dioses sobrevivientes en aquel planeta; conoceremos sus triunfos y sus derrotas, así como sus tribulaciones en aquel nuevo mundo. Allí, todos ellos intentarán vivir lejos de la codicia territorial de los tjarxyzhúmanhors, lejos de la opresión de los tjarxyztyrhos, allí, vivirán la anhelada libertad que una vez le otorgaron los ancestrales Creadores, aquellos que se dice: ofrendaron su existencia en pro de la vida del propio universo, los inmemoriales zarjhunos.
Así mismo, presenciaremos cómo un grupo de valientes jóvenes húnmanhors obrarán en consecuencia, y a través de Ornella, conoceremos sus vivencias y sus anhelos. Ellos nos mostraran la fuerza, el valor de sus corazones, nos demostraran sus heroísmos…, el tortuoso camino hacia la REDENCIÓN y el AMOR Seremos testigos de turbulentos cambios suscitados en el universo, de cruentas guerras cósmicas, en el intento de salvaguardar la vida de un mundo condenado al exterminio, un mundo llamado: DEKHALYÓN.
