El orden de las cosas es un libro de crónicas del escritor peruano Narco Avilés.
Argumento[]
Avilés es representante de una notable promoción de periodistas que este milenio dieron nuevo brillo y vuelo a la crónica latinoamericana.
Para este libro ha juntado siete de sus trabajos aparecidos en publicaciones de distintos países. No fueron escritos pensando en su unicidad, pero esta existe, subyacente: son sendos viajes al interior de un país que geográfica pero, sobre todo, social y culturalmente, se halla lejísimos de la metrópoli. La coherencia del conjunto la da, por un lado, el estilo del buen periodista que es el autor: escritor notable, curioso, risueño, agudo cazador de paradojas. Por el otro, la evidente empatía que lo vincula con sus personajes y con las situaciones, a menudo adversas y complejas, que atañen sus existencias. No juzga, no interpreta, solo muestra. muestra, por ejemplo, cómo en Chumbivilcas cada 25 de diciembre los pobladores arreglan sus desavenencias a puñetazos; cómo en Churubamba las mujeres encontraron en el fútbol una forma de ganarle el partido a la adversidad cotidiana; cómo es la vida de los "salvajes" que viven sobre el yacimiento de gas de Camisea, tan distantes de quienes se benefician de él; cómo cambió la vida de u pueblito de Desaguadero tras la caída de un meteorito. y así. El libro lo abre la revelación terrible seguida de un segmento autobiográfico que calza con el final. No sé si se responde la cuestión del título. No sé si nos dice de dónde venimos. Pero si quiénes -también- somos.