![Chinos come perros 1](https://static.wikia.nocookie.net/biblioteca-virtual-de-literatura/images/c/c9/Chinos_come_perros_1.jpg/revision/latest/scale-to-width-down/350?cb=20240709023307&path-prefix=es)
Es un libro de cuentos de terror sanguinarios, en manos de los artesanos culinarios más despiadados de este planeta. Atrévete a sumergirte en las páginas de estas historias donde nunca sabrás "qué diablos te han servido esos bastardos asiáticos" y nunca te atrevas a decir una sola palabra, solo intenta salir de allí con vida, a menos que quieras ser tú quien acabe en esa receta macabra.
Pequeño fragmento del original Ebook
Cortesia Zaél Greisman and IVAN
Cuando desperté, me encontraba atado a una silla de madera, en medio de una habitación oscura y nauseabunda. La luz tenue parpadeaba desde un foco sucio en el techo, arrojando sombras inquietantes sobre las paredes, que estaban salpicadas de manchas de sangre y otro tipo de fluidos. A mi alrededor, colgaban los restos de criaturas que una vez fueron seres vivos: mariscos descompuestos, pulpos con tentáculos marchitos, perros y gatos en estado lamentable, y hasta ratas quemadas que colgaban como trofeos en la carnicería macabra.
El hedor era abrumador, una mezcla nauseabunda de vinagre, carne podrida y un aroma oscuro, casi exótico, que me provocaba arcadas. Con cada respiro, el aire espeso parecía llenar mi estómago de una sensación corrosiva. Tanta pestilencia me hizo preguntarme, cómo había llegado a este horror? Me esforzaba por recordar, a pesar de que mi mente se sentía como un vaho espeso y confuso.
El dueño del lugar, un tipo de aspecto siniestro con ojos hundidos y una sonrisa que helaba la sangre, estaba allí, afilando enormes cuchillos. La hoja de acero brillaba amenazante con cada movimiento, cortándose en el aire como si deseara cortar la tensión de la sala. Mientras lo observaba, un escalofrío me recorría la espalda. Deseaba que me dejara en paz, que no se diera cuenta de que yo era su próximo platillo. Pero, en el fondo, sabía que mi situación era más que evidente.
![Chinesse eat dog 3](https://static.wikia.nocookie.net/biblioteca-virtual-de-literatura/images/0/0b/Chinesse_eat_dog_3.jpg/revision/latest/scale-to-width-down/250?cb=20240731220356&path-prefix=es)
De repente, la puerta se abrió y otros hombres entraron, como zombis repugnantes que se abalanzaban con un desprecio escalofriante. Llevaban bandejas en las manos, repletas de carnes, algunos cortes que no podía identificar, mientras reían y bromeaban entre ellos, ajenos al terror que se apoderaba de mí. Pensé en las advertencias que había escuchado: “¡No te metas con esta gente!” Pero mi imprudencia había tomado el control. Había cruzado una línea que no debía haber tocado, y ahora era presa del horror que ellos cultivaban.
Intenté gritar, pero lo único que salió de mi boca fue un balbuceo patético, una combinación de miedo y asco. En mi mente, imaginé cómo todos esos infectos hombres disfrutaban de ver mi sufrimiento, cómo se alimentaban de mi desesperación. En ese instante, comprendí que estaba atrapado, con tres opciones que definirían mi destino. Si elegía mal, mi historia se perdería para siempre, consumida por la oscuridad de sus corazones.
La primera opción era pedir perdón. Suplicarles que tuvieran piedad, que entendieran que había sido un idiota al meterse en su camino. Podía simular arrepentimiento, miedo y dolor. ¿Cuánto valdría mi vida en su escala de horrendos festines? Tal vez sería suficiente. La segunda opción era desafiarlo, con rabia e indignación: “¿Por qué estoy desnudo y atado en su cocina?”, diciéndole que no tenía derecho a tratarme como una simple pieza de carne. Pero, ¿qué probabilidades tenía de que eso funcionara?
Y luego estaba la tercera opción, la que me aterraba más. Sentía que se acercaba una figura oscura, una especie de zombi hambriento cuyas intenciones eran claras. Su hedor se colaba en mi nariz y me llenaba de horror. Cuando el carnicero se detuvo frente a mí, sus ojos vacíos parecían insultar cada latido de mi corazón. Entonces, me encontré a mí mismo profiriendo un torrente de maldiciones, lanzando insultos a su linaje. “Seguro que tu madre disfruta mamando grandes vergas yankees, y eres sólo el producto de uno de esos polvos”, grité, como si eso pudiera atemorizar a la mismísima muerte que caminaba hacia mí.
El tipo continuó observándome, ajustando su agarre en el enorme cuchillo que sostenía. Intenté liberarme, gritar, luchar, pero todo era inútil. La cena envenenada que había comido antes había funcionado; mi cuerpo estaba adormecido, incapaz de reaccionar. El carnicero se acercó, sintiendo su aliento caliente y cargado de fetidez en mi piel. El momento era tan surrealista que mi mente se rebelaba, rogando por un escape, pero mi cuerpo le fallaba.
Sentí cómo su cuchillo deslizaba contra mi piel. El terror se apoderó de mí, y aunque no podía sentir el dolor, cada corte parecía hacerse eco en mi cabeza. Observé horrorizado su técnica, cómo su mano movimiento con precisión sádica, y cómo la sangre comenzaba a salpicar su ropa manchada en un rojo oscuro. Su respiración se volvía más agitada, casi como si disfrutara de lo que hacía. Había algo profundamente perturbador en su placer por el dolor ajeno.
![Mas chico](https://static.wikia.nocookie.net/biblioteca-virtual-de-literatura/images/1/14/Mas_chico.png/revision/latest/scale-to-width-down/250?cb=20240221015832&path-prefix=es)
—Hijo de puta —pensé. ¿Por qué? ¿Por qué no podía morir? Lo peor era que el tiempo parecía haberse detenido. Ya no había que esperar una respuesta. Era un ciclo de dolor y desasosiego que se repetía una y otra vez. ¿Por qué este cabrón no había terminado ya conmigo? Y cuando finalmente retiró la hoja, tomando un brazo y lanzándolo a una olla burbujeante, comprendí que mi destino era ser consumido, un festín para esas monstruosidades.
—¡Maldito hijo de puta! —grité en mi cabeza. ¿Es que no podía morir de una vez? Tal vez ya estaba muerto, un alma perdida atrapada en este infierno de carne y hueso. La idea se convirtió en un eco salvaje en mi mente, llenándome de terror.
Mis ojos comenzaron a cerrarse lentamente. La luz se apagaba, y el carnicero se convertía en una sombra borrosa. ¿Era este el fin? ¿Era esto la muerte? El dolor parecía despegarse de mi cuerpo mientras caía en una especie de negrura abrumadora. “¿Qué demonios está sucediendo?”, me preguntaba. ¿Dónde estaban todos? ¿Quién contaría esta historia a mis seguidores en YouTube? Un torrente de recuerdos de comentarios y suscripciones me atravesó, pero todo se estaba desvaneciendo.
Así concluyó mi vida, en ese oscuro y siniestro restaurante del barrio chino, convertido en la especialidad del día. Mi cuerpo ahora formaba parte de esa carne que tanto había elogiado en mis videos, un sabor que nunca volvería a experimentar.
“¿Quién lo hubiera imaginado?”, reflexioné, que mi carrera como crítico culinario terminaría con un final tan grotesco. Y lo más irónico de todo, es que esta historia sería entregada por un demonio a un estúpido escritor de mierda, que luego afirmaría que todo salió de su puta imaginación, mientras todos celebrarían su inminente talento para el horror...Si este breve fragmento fue de tu agrado consigue el libro
Cuentos de la obra
- Soñaba con ser Bruce Lee
- El Mensaje del Muro
- Café de los Recuerdos
- Conexiones Prohibidas
- La Ruta del Dragón
- La Última Filmación
- Chinos come perros 🐕
- El Misterio del Empleado Desaparecido
- Callejones Olvidados
- La Noche del Mal
“chinos come perros” fue publicada el 8 de Julio del 2024 por la editorial Vibras y está disponible en una variedad de formatos para satisfacer las preferencias de todos los lectores, incluyendo E-book, audio y papel de 259 páginas, La novela ha trascendido fronteras, con traducciones a 25 idiomas, lo que refleja su alcance global y permite a una audiencia internacional experimentar este viaje a través del terror psicológico de la mano de Martina olivera y Marcos orowitz”